
Las historias de la ganadora del Oscar nos relatan de una manera honesta y hermosa como es vivir fuera de los márgenes de la sociedad.
La primera mujer en ganar un oscar en dirección fué Kathryn Ann Bigelow con The Hurt Locker en 2010. Tras 11 años después llega Chloé Zhao con Nomadland, una película que responde a su llamado a encontrarle sentido a la espiritualidad y la conexión con la tierra.
En el 2015 su primer largometraje “Songs my Brother Taught me” rodada en la Reserva India Ridge en Dakota del Sur, fué nominada a mejor ópera prima en los Independent Spirit Awards. En ella se relata la historia de Johnny y su hermana pequeña Jashuan, quienes viven en la reserva de nativos americanos Pine Ridge. Johnny está por iniciar su vida en Los Ángeles, pero una muerte dentro de su entorno afectará su manera de pensar y lo hará replantearse sus planes por temor a dejar sola a su hermana.
Durante el 2007 se aventura a narrar la historia real de Brady Jandreau ( un jinete de rodeo que lidia con las secuelas de un accidente grave). Esta incursión en el género Western llamó la atención de la sociedad nacional de críticos de cine de USA quienes la nominaron como la mejor película del año.
A pesar de la victoria de Zhao, esta no fué respaldada por su país de origen, China debido a declaraciones que realizó en el 2013, en donde dijo que China es “un lugar donde hay mentiras por todas partes”, opinión que no fué bien digerida en los sectores nacionalistas.

Quizás hay un poco de nómada en ella misma, y es que a veces ese sentimiento de no pertenecer es el que nos ayuda a buscar nuestro propio lugar en el mundo. Y es así como ella logra crear escenarios reales rodeados de unos cielos que cuentan una historia por su cuenta y de personajes que buscan un propósito de vida que se siente como un llamado divino a conectar consigo mismos y donde la tierra de donde saliste se convierte en raíces que llevarás contigo a donde sea que apunte el mapa y lo llamarás hogar.
Zhao, se ha hecho de un nombre en Hollywood y con ella esperamos se abran las puertas para que más mujeres puedan iniciarse en la industria cinematográfica.

Sus historias son compasivas y buscan retratar cómo se puede atravesar el dolor y la adversidad conectándonos con algo más grande que nosotros mismos, cómo la tierra de dónde venimos o una puesta de sol. Dónde el viaje inicia frente a tus ojos, con el camino por delante y la carretera lista para ser atravesada, pero termina siendo dentro de nosotros.
LD
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