¿Por qué la adultez es más cool cuándo eres un niño?

¿Por qué la adultez es más cool cuándo eres un niño?

Laura Duarte

23/05/2025

No deja de parecerme irónico el hecho de que cuándo somos pequeños nuestro sueño más profundo es poder crecer y ser adulto y hacer las cosas que ellos hacen. para dormir hasta tarde, cenar helado y no lavarte los dientes antes de dormir, ponerte medias dispares y no taparte los ojos durante las películas de terror. ya sabes, cosas que te dejan de importar una vez creces y descubres el dinero y las responsables. pero no pude evitar preguntarme, ¿por qué?

la respuesta lógica es que pues: porque eres un niño, no tienes las herramientas para acceder al mundo real porque no se te han desarrollado todavía. vale, entiendo, no es que quiera pasarme de fumada, solo tengo una mente que se ejercita saltando (pensando) adentro y fuera de la caja. con este disclaimer, te invito a escuchar mi monólogo que no es exclusivo a lo que dice la biología.

imagínate por un segundo que tu mente es capaz de reiniciarse completamente, que puedes hacerte creer firmemente lo más loco que se te pueda cruzar por la mente justo ahora como si estuviese tan arraigado a tus redes neuronales que no podrías existir sin esa creencia. pues, así imagino yo que funciona el cerebro de los niños, o al menos como deberían funcionar. no soy el ente más maternal que existe, pero si voy caminando por la calle le sonreiré a todos y cada uno de los niños y bebés que me encuentre porque tengo la certeza de que serán los únicos que lo harán de vuelta con la misma intensidad durante toda mi caminata.

en alguna parte del mundo, hay quienes parte de su felicidad provendrá de un infante menor de diez años. ya sea porque le hizo un cumplido a su outfit, le regalaron un dibujo abstracto o quizá porque se cayó en público pero se levantó como si nada. y ahí está mi punto, que son tan inconscientes de su alrededor que su enfoque se dedica total y exclusivamente a lo que inocentemente les genera serotonina.

el primer concepto que tenemos de niños respecto a los adultos es un heroísmo nato, con la misma profundidad de un charco, pero intenso y afianzado. luego quizá se bifurque a pensar que los adultos son estos seres regidos por el libertinaje. y a veces hasta provoca que eso sea verdad, una vez se te quita el lente de la inocencia infantil repleto de ignorancia y felicidad, empieza un ciclo ascendente de consciencia y ansiedad, a veces mezclada con sufrimiento.

pero no todo está perdido, la vida podrá ser un ciclo constante de platos sucios y almacenamiento lleno, pero también es un ciclo de comidas calientitas y recuerdos inmortalizados en fotos. a lo que quiero llegar es que, los niños ven la adultez como algo espectacular pese a ser algo que no pueden alcanzar, y los adultos desean volver a cuándo crecer no significaba sacrificar. ver la montaña desde la base y soñar con llegar a la cima, llegar a la cima solo para maldecir el camino y querer volver enseguida, es que suena hasta paradójico.

en este orden de ideas, ¿qué podemos sacar de todo esto? uno, al final del día hay una razón para que los niños no desempeñen asuntos de adultos: que no podrían. con la adultez viene la sabiduría, el conocimiento y el aprendizaje, el proceso puede ser borrascoso y extenuante pero una vez le agarras el truco, ya sabes que baches esquivar o que tiendas no visitar. dos cosas pueden ser verdad al mismo tiempo, esa ilusión de los niños te impulsa a descubrir el mundo, pero el miedo es lo que hace que los adultos la pierdan. perder la ilusión infantil e inocente implica nunca probar tus propios límites, estancarte una y otra vez pero nunca buscar avanzar en primer lugar. de esta misma manera, tener demasiada ilusión infantil desatará tu imaginación a alturas tan nuevas que nunca te pondrá los pies en la tierra, haciéndote flotar al espacio, hasta salir de la atmósfera y quedarte sin oxígeno.

supongo que si lo analizas correctamente, es una situación en la que es vital no estancarte de ningún lado, incluso si la figura seductora de la nostalgia te tienta de vez en cuándo. vivir pensando en lo que fue o lo que pudiste cambiar te distrae de lo que puedes hacer hoy para cambiar tu futuro. la verdad es que tu adultez puede sentirse tan cool como la idea que tenías cuándo eras más joven, solo tienes que mantener esa ilusión viva como una llamita que te motive para hacer lo que debas hacer, vivir como adulto siendo consciente, sintiendo la misma felicidad infantil.

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