A la negra Maria Ceferina le robaron el marido

A la negra Maria Ceferina le robaron el marido

Fernando Barbosa

02/05/2025

Desde su adolescencia, Maria Ceferina ha llevado consigo una vida marcada por el deseo. La coquetería corre por sus venas, ese arte sutil de atraer miradas se convierte en un juego que ella no cesa de jugar. Con cada risa y un guiño casual, siembra ilusiones en los corazones de sus posibles amantes. Como buena mentirosa ella cree ciegamente en cada palabra susurrada por sus amigos y amantes, como si esas promesas fueran la verdad absoluta del universo. La infidelidad brota de ella como hojas de un árbol en primavera; no hay un hombre casado que no sienta el roce de su mirada ardiente, ni uno solo comprometido que escape de su hechizo.

En sus primeras aventuras amorosas, el sexo se convirtió en un lenguaje que hablaba con fluidez. Con cada nuevo amante, exploraba territorios desconocidos, embriagándose de caricias y susurros en la penumbra. La libertad que sentía en esos momentos la hacía sentir viva, como si en cada encuentro estuviera cosechando fragmentos de su propia esencia. La adolescencia de Mari Ceferina se convirtió en un catálogo de pasiones, donde cada historia es un suspiro y cada suspiro un pequeño verso escrito en el libro de su vida.

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