Entre las páginas de un libro, meto mi nariz, cierro los ojos embriagándome con su fragancia per sé,
me recuesto en la butaca de orejas, dejo la mirada perdida hacia la lontananza por la ventana que tengo a mi lado, mientras oigo la lluvia caer,
integrando el vínculo con él ,solicito permiso para entrar entre sus hojas y que haga lo que tiene que hacer.
Abro mi ser, sin barreras, sin prejuicios, dejándome llevar ante él;
me acaricia, eleva y me perturba hasta estremecer,
entre las páginas de un libro empieza mi razón de ser.
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