Dominguicidio
Los domingos por la noche tienen un silencio distinto. Huelen a nostalgia, a angustia, pero también a oportunidad. La vida es un puñado de domingos que se van volando y un montón de lunes llenos de segundas oportunidades. Que no se nos olvide vivir cada día como si fuera un sábado por la tarde.
Los domingos por la noche tienen un silencio distinto. No es el de los lunes por la mañana ni el de los miércoles a la tarde. Es un silencio lleno de pensamientos que llegan sin avisar, como si el fin de semana se despidiera dejando preguntas en el aire.
Miro al techo y me doy cuenta de que el tiempo corre más rápido de lo que creo. Que los días pasan sin pedir permiso, y que la vida, es una lista de cosas pendientes que nunca terminamos. Que siempre hay un plan que dejamos para otro día, esa persona a la que debiste volver a hablarle y no lo hiciste, ese ultimo abrazo que querías dar y no pudiste, ese lugar que querías conocer y nunca fuiste.
Los domingos por la noche huelen a nostalgia, a esa angustia de que se acabó una semana más, a ese tiempo que pasa volando sin avisar. A las risas que tuvimos el viernes, a la compañía que tuvimos el sábado y a las promesas que hicimos con un par de copas de más. Pero también huelen a oportunidad. A ese nuevo comienzo que trae la semana, a la posibilidad de hacer las cosas de otra manera.
Quizá la clave está en vivir cada día como si fuera sábado por la tarde, sin esperar al viernes para sonreír ni al domingo por la noche para arrepentirse.
Porque la vida es eso: un puñado de domingos que se van volando y un montón de lunes llenos de segundas oportunidades.
Al final la vida es eso, el tiempo que se escurre entre los dedos, los domingos con ese silencio particular y los lunes con posibilidades nuevas para comenzar.
Tenemos que aprender a vivir cada día como si fuera sábado, como si fuera el último día, como si fuera especial, pero que difícil es no?
Parece muy simple escribir lo que debería hacer, lo que debería pensar, pero nunca hablamos de ese espacio abismal entre el decir y hacer, cuando nos animaremos a eso? A dar ese paso de una vez por todas y dejar de esperar los domingos a la noche para arrepentirnos y fantasear con las posibilidades de los lunes por la mañana, si a quién engañamos, luego pasamos cada día esperando a que se acaben y postergar todo con la excusa de que ya llega ese sábado por la tarde.
Atte: M.P.
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