Vamos navegando, por el gran largo mar de la vida. Y en el comienzo del nacer, del origen lleno de dudas; preguntamos a nuestro interior, ladera arriba que buscas… Sin saber que descubrir o acariciar.

Viviendo y soñando por el mañana apartado; queriendo navegar velozmente sin vivir viviendo, o tal vez anhelar ir al joven-hombre… Y antañón, que quiere ser sin comprender.

Que fantoche y sagaz, es el extenso sendero de la madurez. Que nos manifiesta y proporciona todo a su tiempo, sin protesta a su venir.

Y que terco es el joven, que hombre se va haciendo. Y exigiendo más de lo que puede vivir en su vivir; sin saber, que a lo lejos de su antoñez; soñara con el principio de su niñez.

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