Porque en la larga vida, que vives en los senderos de tus vivencias e indagares. Andas de refugio en refugio… en la búsqueda absurda de la felicidad o verdades. En lugares y personas equivocadas. Tal vez si, o no.
Perdona si como ser humano que soy traspasó tus límites de tus verdades y preferencias. La compañía de un guía espiritual, el raudal de religiones que a tu puerta tantean, el pastor que a tu vista toca en muchas ocasiones dando algo bueno, o no. Despojando un tiempo de familia, y de vivir viviendo el amor que en tu casa esta. Llenándote dogmas, leyes y reglas del hombre. Más no de Dios, de la verdad.
Si pequeña alma, estamos dejando pasar lo primordial de la palabra y sentimiento de Dios; del trivial de la trinidad, de hombre mujer e hijo. Del principio que siembra, la vida que te da vida- y al retoño que llena de verdades, del paraíso soñado.
Que tonto somos buscando aquí y allá. Lo que dentro llevamos- y está sembrado por el soplo que nos dio la vida. Nuestra Trinidad, de luz espiritual está muy en lo profundo de cada ser.
Y buscando esta, el hombre y mujer. Que dejo perder en el soplo del chispazo de la vida.
Refúgiate en tu mujer interna, que la vida te regalo en el vivir de tus amores, que te llenan de dogmas y leyes de unión y comprensión en tu alianza. Por el sentimiento o sentires que te que estremecen y muestra una parte de la felicidad. De esa flor hermosa que es le mujer.
De la magia que Dios, le dio a la hembra de dar el regalo más hermoso al hombre. El retoño de la alianza de su costado, que lo acompaña y da vida a sus proles. Que llenan la otra gran parte de tu felicidad y verdad.
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