El desdén de la dicha

¿Qué reside dentro de nuestra alma interna?

¿Qué provecho existe dentro de la existencia?

Tal vez la respuesta a estas preguntas sea incierta, pero lo que es seguro es que estamos llevados para su fruto relativo, del saber mundano del sobrino. A veces no necesitamos grandezas, sino pequeñeces que nos hagan pensar en grande. A veces la solución a los problemas ya lo tenemos, y a veces, solo sufrimos sin desdén o motivo.

La vida nos pone desafíos, y nuestro trabajo es cumplirlos, sobrellevarlos y entenderlos como cariños, desde la idea del conocimiento o del pensamiento de la verdad elocuente del pensamiento. A veces duele ser uno mismo, y otras solo es cuestión de estilismo. Dentro del dolor y el malestar hay salvación en el fin del amar, de esa forma sufrimos pero con un bien existencial. La verdad es dura, y causa malestar, pero se encuentra fuerte, dentro del esquema de Einstein.

La idea de la vida reside dentro de la desgracia de la desdicha, y así mismo, triunfa el mal en el alma del princiso. Tal vez algún día todo sea diferente, pero por ahora, que sea como dios sienta…