A veces, como en un viaje al centro de la Tierra, me alejo de todo lo que me rodea para acercarme un poco más a ti, pero tú, vaporcito encantado siempre lejos, permaneces más allá, del otro lado, y mucho me temo que la fisura o falla geológica que ahora nos separa terminará por convertirse, al cabo del tiempo, en un verdadero abismo, día con día más ancho, más profundo, uno de esos abismos que ni siquiera las nubes pueden franquear sin desintegrarse antes, mucho menos tú y yo, cariño: mucho menos nosotros.
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