DIOS, PERDONAME Y TRANSFORMA MI VIDA. (Vivencia)

   Señor nuestro, Padre creador, perdón, por cada error de mi vida, y de la ausencia, en mí de tu gloria. Por eso, quiero, arrancar con toda unión, del pecado en mi vida. Y que sea, tu voluntad y no la mía, que influya en mi largo vivir.

Quiero Comenzar un camino diferente; Jesús, llévame, de tu mano, entra a mi corazón cansado; y transfórmalo, según tu voluntad y el conocer del Espíritu Santo.

A mi imaginación, llegaron pensamientos dañinos; malos que acababan mi ser. Y tú, mi Señor con el poder del Espíritu Santo. Conquistaste poco apoco, mis pensamientos y alma cautiva; colocando pruebas tan grandes, que no creía poder vencer.

Pero, por eso, hoy te doy gracias Jesús, Mi Señor. Y quiero, eternamente, estar conmigo. Luchando, con esas ataduras turbulentas que alcanzaron mis pensamientos.

Fui, a un mar profundo, del que no podía salir. ¡Oh! Que muerte, tortura, e infierno y fatalidad tan grande, toco mi esencia. Un vuelco total, de lo que era. Y, ya no soy “Mi Señor”.

Llegue a lo más profundo, del miedo de los horrores. Del vacío de locura. O de prueba del Señor, cruzando por fuego infernal que arremetía, mi mente, que quemaba todas mis faltas. Y lo que, se era.

Se llenó, mi vida, de muerte, terror y Temblores que sacudían no sé qué cosa de mi existir. Ya, no importaba la vida, ni la de nadie, pretendía que la muerte se llevara, lo que había de mi vida.

Cada día de la vida, en aquel vacío, era un luchar. Con ganas de vivir, y no existir, que se iban quedando atrás. Y la mente y corazón, o no seque, no querían seguir más, en este mundo terrenal que conmigo quería terminar.

Pasaban los días, que eran eternos, pensando cosas trágicas. Y la mente, mentía, con ese espíritu de muerte.

El comenzar del día, era horrible y abrasador… pasa lento y aterrador. Y a medida que llega la noche un poco de paz, me rodeaba.

Y mi sentido, enloquecía de pensamientos maliciosos; que solo querían terminar con mi existencia, en este mundo terrenal.

Y en el camino lleno de espinas; cuando ya, se hacía más profundo y letal. Ya, no, querían vivir más. Se llevaba, mi cuerpo triste y vacío; sin esperanzas de respirar.

Se vio la mentira, o tal vez el espíritu, que nunca se pensó conocer. Si… si… si, que dolor tan grande cubrió mi ser.

Y el linaje. O el hogar de familia cercana, sufría el profundo dolor, ya que ellos estaban muy cerca, del espíritu de muerte, y mental.

Y la cuna, u origen que me dio vida, también sufría la etapa espiritual. De ver, como poco a poco se moría, lo que era y ya no soy.

¡O! no…no…no, quiero ver más nunca en mi existencia ese, espíritu y estado mental tan tenebroso, y profundo. Perdón… perdón…perdón. Mi Señor, espíritu de la verdad.

Ahora, mi Dios, la senda correcta. Apodérate de mi vida, y haz tu voluntad en mí ser. Y mi cuerpo que es el tembló, donde, Dios, siempre esta.

Te entrego, Señor. Y, si abuce de él, con la mente o ataduras del gran desierto cruzado. Transfórmalo, Señor. Por eso, me postro, lloro y humillo ante ti mi Dios; y te pido por favor, perdón.

 Quiero que limpies, con tu sangre y poder, todo pensamiento, enfermedad y daño alguno en mi cuerpo u órganos de tu templo; que es el nuestro.

Y pido perdón, y me arrepiento y humillo ante ti. Para que nunca más, la vida sea presa de espíritus turbulentos. Y mi vida sea tu voluntad y no la mía.

Oh Dios, perdona y dame el agua de la vida, árbol de la vida, la verdad de tu Reino. En que quiero postrarme, adorarte, y llorar a tus pies. Entregando todo mi ser, a ti, mi Cristo Jesús.

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