Y el hombre, saltó de la cama, lo sucedió una tormenta de luz, había estado teniendo sexo con desconocidos, toda aquella semana previa a navidad cristiana. De golpe, y sin razón, despertó de un raro sueño, era una especie de trance, un medium le había pronosticado que preveía para él, una etapa muy oscura y densa, pero luego sobrevendría la luz.
Así era la vida de Pablo, tenía muchas lámparas de sal en su cuarto, atisbaba una especie de boomerang de karmas. Era un canal de otras dimensiones y a veces, atesoraba no encontrarse con nadie más.
Un vampiro había sido su última actividad sexual, un vampiro hombre, que lo asechaba, también habían hombres lobos y una especie de torbellino de ángeles y ángeles caídos.
No estaba bien para la cultura de Pablo, el tener que frecuentar bares y otras tertulias en busca de masones y de pequeñas historias fantásticas. Lo cierto, que este hombre, estaba exhausto.
Buscó aquella noche, agua bendita, se cubrió el cabello con aceite de romero y sobrevino el encuentro con el vampiro, que según cuenta Pablo en su diario…
Diario de Pablo Foska 23 de diciembre
Aquella noche, me bebí todo el whisky, busqué formas de llamar la atención en esa taberna, era miércoles o jueves, no lo recuerdo bien, pero el vampiro, el asesino que andaba merodeando lugares públicos y limpiando gente de dinero por puro placer, buscó en mí su presa.
Tenía mi anillo protector de plata, y tenía también un poco de vino bendito para convidarle. Lo cierto es que lo llevé a casa. No tengo miedo de ellos, debe ser el vampiro número 48, por decir un número al que le doy muerte.
Busqué rápido la llave del auto, comenzó a tratar de hipnotizarme, el vampiro se llamaba Anthony, tenía cara de lobizón, barba tupida y poco vello en su cuerpo. Lo que siguió, fue engañarlo con el vino bendecido y sagrado y darle muerte a sus colmillos.
No pudo hipnotizarme, lo repito. Tampoco seducirme. Le busqué de a poco el agua bendita, lo dormí con una pastilla en el vino de clonazepan y luego de un rato, lo alcé, le llevé al patio, quité su ropa, y en menos de una hora, lo cubrí con alcohol de quemar y lo incineré. Fin del diario de hoy.
Diario de Pablo Foska 26 de diciembre
Avancé por la calle. Lo vi detenido en medio de la noche. Era un espectro, una mezcla de psicópata sexual y grimorio pactado por la oscuridad. Era de una especie de ángel caído del luciferianismo wicca. Eran las 2.00 am. Le hablé desde mi auto, subió, le indiqué si quería tomar café. Me dijo que sí. Vino a casa y cuando entró encendió la computadora, conocía mi clave personal por telepatía y poderosa intuición
Puso música wiccana y pagana, me dijo que tenía él un falo de grandes dimensiones gracias a un pacto con Lucifer y que no había mujer ni hombre que se le resistiera. Medía como 1.90 y no sé lo que pesaba. Le dije: – Quiero verlo – lo sacó y estaba erecto. Medía al menos 25 cm. Era insoportable para cualquier ano. De a poco, comenzó a hechar conjuros. Ya que él quería penetrarme. Le di vino bendito y agua sagrada que había preparado. Lo dormí con pastillas fuertes, un nozinan de 25 mg y de a poco, lo cargué en el baúl de mi auto. Lo tiré, embolsado, en una especie de riacho de alta profundidad. El ser espectro, no había muerto, pero al menos lo había herido y lo puse en jaque, frente a las violaciones de menores y de vírgenes que él hacía cada noche.
– ¡ Pablo Pablo ! levántate, es tarde -, lo llamó su ángel custodio. Pablo siguió durmiendo, pasó navidad solo, luego salió a vagabundear. Tenía la premonición que el espectro del grimorio, el violador serial, podría estar muerto. Y se acercó al riacho. Sí, no había señales de nada. -Maldito hijo de puta – pensó Pablo, te he matado, te he sacado el cuerpo denso.
Inmediatamente se dirigió a bardas, una zona de contacto intergalácico. Allí, se relajaba y se dejaba llevar por el cielo, sus naves de ángeles y sus estrellas, y le hablaba su conciencia.
Diario de Pablo Foska 27 de diciembre
Andaba dando vueltas en auto, y se detuvo mi vehículo por los desperfectos de siempre. Tenía una rueda pinchada. Inmediatamente, bajó a auxiliarme en la ruta, cuando anochecía un hombre de cabellos largos y barba. Me dijo, -soy tu ángel de la guarda. Y me llamo Santiago.-
Quedé perplejo. -¿ Eres del Quinto Sol? – le pregunté, y me dijo que sí, y que él era mi regalo de navidad frente a toda la oscuridad que me asechaba. Sigue tu camino, en paz con los merodeantes de la oscura noche. Sigue. Y no vaciles. El bien, lo puede todo.
SINOPSIS:
Lo cierto es que Pablo, tiene misión. Oculta sus facultades paranormales, tira el tarot, el I Ching y es vidente, tiene contacto con fraternidades ocultas de las estrellas y ha viajado mucho. Esta es una reseña de su vida a manera de diarios, y está al borde de comenzar una especie de viaje místico, contra la oculta mano de los vampiros y otros espectros merodeantes.
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