La hoguera que se apaga y no calienta

La hoguera que se apaga y no calienta

Judd Mv

08/04/2018

Formamos hogueras de fuego. Como aquelarres de brujas. Para hacer magia. Contarnos cuentos. Fingimos simpatía por aquellos gatos que en vez de negros eran blancos. Y las escobas, manchadas por el vino que se nos caía al bailar, ya no volaban, de tanto barrer la casa para adentro.

Me diste a beber del Cáliz que por siglos han buscado los templarios. Lo tenías escondido en el infinito de tus ojos. Si hubieran sabido la respuesta.. Habrían bebido ‘el agua de la eterna juventud’ para ir en cualquier momento y ver que ahí sigue seguro. O entre nosotros, a verte a ti.

Y contarme.

No como lo haces tú.

Ellos me cuentan de ti.

Tú puedes contar conmigo.

Como te encuentro en mis letras.

Hartas de realidad, sin trucos.

Ni exceso de magia.

Fuimos lluvia de estrella en una noche de verano. Un deseo fugaz que alguien pidió a gritos y en silencio. Pensando que no se podría cumplir y nos cumplimos. Pero no encajamos en el puzzle que alguien estaba construyendo. Llámalo Vida. No era nuestro escenario.

Siempre fuimos más de bailarle a las tormentas que de besos bajo la lluvia. No por la música, que no sonaba, sino por la réplica de los terremotos que formabas en tus labios. Al reírte a carcajadas. Era como escuchar la banda sonora de nuestra vida y sólo tú y yo la podíamos bailar.

Fuimos los últimos, igual que el capitán del barco que se hunde, y no se va hasta que están todos a salvo. Nos fuimos, sin salvarnos.

Fuimos infierno,

que queriendo apaciguar

el fuego,

Se congeló de frío.

Fuiste cielo y yo tu Cruz.

Ahora somos.

El gigante que venció David

Magia sin trucos.

Un cuento inacabado.

La hoguera que se apaga y no calienta.

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