El asombro en un día cualquiera
¿El secreto es la simplicidad?
Repasemos por un momento nuestro día hasta ahora… ¿Hubo algo grandioso al caminar por las calles hoy? ¿Prestaste atención acaso? Quizá haya sido un día ordinario como ayer, la mayoría tendría eso en mente y no es una novedad, aunque esa última palabra es el problema, “Novedad”.
Caminado por las calles pude darme cuenta un día, que no me daba cuenta de nada, siempre pasaba por los mismos lugares al ir de aquí y allá y de regreso a casa, como todos, pero preguntémonos ¿Qué hay en todo ese recorrido? Por supuesto sabemos a “donde vamos” pero se nos escapa demasiado de la vista, de los oídos, de nuestro tacto. Un día ordinario y sus ordinarias cosas pueden convertirse en algo más, ¡lo creo!… algo tan simple como dejar de ver de izquierda a derecha y abajo, y voltear a la faltante de las cuatro, puede dejarnos pintada una sonrisa nada ordinaria.
Bueno, preguntas y más preguntas, es lo que en ocasiones hacemos más, ¿No creen? Son grandiosas, nos ayudan en mucho, pero a veces son aburridas y vacías, cosas que solo obstaculizan nuestro actuar. ¿Por qué lo menciono ahora? Porque creo que cuando caminamos, yendo a donde quiera que vayamos, tenemos muchas preguntas en mente y desperdiciamos un momento en el que podemos apreciar y jugar a buscar algo curioso entre la multitud, en nuestro camino, en el paisaje que recorremos ciegamente. Al volver a casa nada nos parece interesante, pero ¿Acaso nos esforzamos por que lo sea? Bien, sabemos que ahora tenemos muchas distracciones en una pantalla de cinco pulgadas, no digo que sea del todo malo, nos divertimos bastante ahí, pero, si bajamos dicha pantalla un momento seguramente el asombro sería aún mayor.
Hace tiempo vi una película sobre un tipo que podía viajar en el tiempo a su antojo, era algo hereditario, su padre también tenía la habilidad, y un día le contó al chico el secreto de una vida feliz. Ese secreto era vivir su día como comúnmente lo haría y antes de dormir, volver ese mismo día atrás y vivirlo de nuevo, con la diferencia de que en esta ocasión, solo se concentraría en ver las cosas bellas, curiosas, y buenas que pasaron y que no notó la vez anterior, el lado positivo de todo lo que vivió.
Suena curioso y por supuesto no podríamos hacer dicho ejercicio, y si pudiéramos seguro saltaríamos a otro lado más interesante que nuestro día anterior ¿No? pero deja un pensamiento que he utilizado y que diré es asombroso. “Observar” y “apreciar”, es algo fácil de hacer si decides vaciar tu vaso de ideas y prejuicios forjados por nuestra sociedad y simplemente, simplemente… ver. Entre todas las preguntas que podemos hacernos durante el día, porque no incluir una más, «¿Qué tal si deliramos por un ratito?» Una frase de Eduardo Galeano en “El derecho al delirio”, en este caso, esto simplemente se refiere a dejar de lado todo lo cargamos encima, soltar un suspiro y una sonrisa y comenzar a observar. La música ayuda en este caso, muchos somos de los que no pueden caminar sin audífonos puestos, y es una manera genial de crear un vídeo musical nosotros mismos con el camino y música.
¿Crees que nuestro pequeño mundo ordinario puede ser extraordinario? Creo que sí, todos buscamos la ciudad de la luz resplandeciente, donde todo nos asombre y es que si pensamos y dejamos de lado todo aquello que deseamos, a veces con desesperación, quizá podamos ver dicha ciudad, y en las palabras de Green Day en su tema “Ordinary World” estoy de acuerdo con una de sus frases, “Nena, no tengo mucho pero lo que tenemos es más que suficiente, es un mundo ordinario”. Quizá suene muy optimista en un mundo que sabemos que se quiebra día con día, pero esto está dirigido a personas como tú o como yo, que estamos aquí escribiendo en una computadora al lado de nuestra familia o leyendo esto sentados en la escuela, trabajo u hogar, que claro tenemos problemas, pero vamos, también tenemos soluciones, entonces, porque no nos tomamos un tiempo de regreso a casa para no pensar en nada más que lo curioso, bello, bueno y divertido que nos pasó hoy, un tiempo para caminar apreciando nuestro alrededor, todo a cada paso, mirar al cielo y quedarnos parados 30 segundos para ver cada detalle que podamos de él, los atardeceres te quitan el aliento si te tomas el tiempo de apreciarlo en verdad, puede darte satisfacción el ver que en realidad hay belleza en todo el camino que recorremos día con día, no en todos los lugares de la ciudad pero claro que los hay!
A todo esto y para no alargar demasiado este pensamiento, me da curiosidad pensar que muchas veces menos es más, como una canción que cuenta con pocos acordes de guitarra, una voz y una armónica, que repite un verso y un coro, nada más, que ejemplo más claro que Bob Dylan, que una buena parte de sus más bellas canciones son así, y enamoró al mundo, creo que él se tomaba el tiempo para apreciar todo lo que veía o escuchaba, simplemente ¿de dónde podemos sacar inspiración o ideas, más que de nuestras experiencias? Entonces prestemos atención a todo, especialmente a lo que siempre hemos creído poco importante, te asombraras, quizá la respuesta a todo aquello que cuestionamos esta “soplando en el viento”.
Víctor Fernando Coyote Coyote
OPINIONES Y COMENTARIOS