Esa mañana despertó y a su lado lo encontró.
Con la satisfacción del placer recorriendo todavía su piel.
Con lujuria y deseo desnudaron sentimientos…
Y sus almas una sola fueron.
El poder de él aumento y el de ella humedeció…
cuando sus bocas se juntaron y sus brazos se enlazaron!
Que placentero era ese encuentro! ella le acarició el pecho y él le besó los senos.
Sedientos de placer,
el deseo les quemaba la piel.
Ella al poder de él bajó
Con su boca lo besó…
y de ganas lo extasió.
Saciándose con el,
de su poder un manantial brotó…
Cuando al clímax él llegó.
Afuera el mar agitaba sus aguas
y entre sábanas blancas ellos dos sus almas.
Llevado por la excitación del cabello la tomó,
sometiéndola a su cuerpo entró
y con lascivia la agitó.
Con las húmedas ganas de ella, él calmó su sed con la lengua.
Llevándola a un placer que a su paladar fue dulce como la miel.
El manto de la noche los cobijaba
mientras al sonido de sus gemidos…
sus ganas danzaban.
Con besos ella transitó el camino y al llegar a su destino
sentada sobre él,
agitó su poder hasta hacerlo de nuevo emerger.
Se recorrieron la piel una y otra vez dejando a la seducción y provocación bañadas en el sudor del deseo y la pasión.
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