Mi pequeño bólido

Mi pequeño bólido

Alruvaro

20/02/2025

Estar sentado sobre tu asiento mullido,  aunque algo raído en un costado,  me hace sentir piloto de Fórmula Uno.  

Tienes cinco años conmigo.  

Te puse zapatillas nuevas, número catorce de diámetro,  cuando de fábrica eras de trece.  

Contigo aprendí de forma autodidacta  sobre motor, amortiguación, frenos y afinamiento.  

Mejoré mi curiosidad por el autoaprendizaje  en este campo de la mecánica.  

Te hice mejoras:  

porteé tu culata de hierro para darte más potencia,  ensanché tu entrada de admisión,  configuré tu computadora.  

Yo dije: «Si te has de quedar conmigo,  te haré algunas mejoras».  

Y sí, cambiaste mucho…  

Tú me inspiraste a ingresar  a este mundo de las ruedas,  y  creo que sé un poco más  que en  2017, cuando me interesé en ti.  

En agradecimiento, nunca me has dejado botado,  ni en los peores momentos.  

Y si alguna vez fallaste,  aún con tus 20 años de edad,  siempre me dejaste en un lugar asequible.  

Te he dado animismo, te he dado vida.  

Hasta creo que me hablas en tu idioma:  el sonido de tu corazón.  

Tu sistema circulatorio aún usa un 10w40.  

Tu mejor rendimiento, de 0 a 100, fue en 7 segundos.  

Para un motor 1.6, es excelente en su relación peso potencia, el Ka-rrari, el Ka-marada, el Ka-ntor, Ká-psulita… Meteoro es poca cosa a tu lado. 

Curtiste mis manos con duros momentos de trabajo.  

Ahora son duras como de aleación,  pero ablandaste mi corazón en este campo.  

Creo que he madurado en estos años contigo.  

Hoy lo sentí al conducir:  algo cambió en mí al volante.  

Me has dado buenos momentos con mi novia.  Siempre le reservaste su asiento de copiloto.  

¡Qué hermosos momentos por la Ruta 68!  

Mi pequeño bólido,  pedazo de hierro,  alma de metal.  

Si algún día te dejo ir,  siempre tendrás un lugar en mi corazón.  

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS