19 de agosto, 2018.
Primer día de universidad, no sé por qué mis padres exageran tanto, es sólo una etapa más, son tan exagerados que hicieron una tremenda fiesta de despedida con mis ¿»amigos»? (si así se les puede llamar) y con mi familia.
Mi madre sabe que odio que sea tan drámatica y es lo primero que hizo al momento en el que ya era hora de que vaya a la universidad. Creo que mi madre aún no logra entender que aquí no es igual que en otros lados; ayer estuvo llorando durante mucho tiempo porque no quería que me fuera de casa, aúnque papá y yo le explicamos muchas veces que no me iba a quedar en la universidad, que yo iba a volver a casa y que sería igual que en la preparatoria, pero ella seguía diciendo con lágrimas en los ojos: -«es que es mi bebé, como quisiera que no creciera más y no se fuera, es muy pequeño…». En ese momento no sabía si reirme por lo que decía ó por su cara roja e inchada llena de lágrimas, pero decidí que sería algo muy cruel de mi parte y tuve que suprimir esa necesidad de reir.
Cuando al fin llegué allá, noté que no era tan diferente como la preparatoria, y que al entrar al aula 114, pude observar que todos tenían cara de niños de secundaria (si es que los de secundaria aún lucen así).
Al llegar me senté en mi respectivo lugar, y tan de prisa como me senté, escuché una voz muy dulce que se dirigía hacia mi.
-¿Me prestarías una pluma?, es que se me hizo tarde y no me dió tiempo de prepararme.
Le iba a preguntar el por qué de su llegada tarde, era díficil no notar sus ojeras y fué cuando me dí cuenta que era una apasionada a la lectura, gracias a sus ojos y los 3 libros que llegué desde mi asiento a notar de los titulos «Cien años de soledad», «Fahrenheit 451» y «El túnel».
-Por supuesto. Contesté con un tono amable y estirando la mano para llegar a la suya y darle la pluma. Buena elección de libros. Proseguí, con el objetivo que comenzar una conversación y una amistad con esa chica hermosa mientras llegaba nuestro maestro de psicología.
-Muchas gracias, no puede ser, ¿te gusta leer, y ya leíste estos titulos?
-¡Claro que sí!, me llamo Bruno.
-Mucho gusto, yo me llamo…
La ingerrumpió el estruendo sonido de la puerta al abrirse dejando entrar al maestro de psicología y no dejando que terminara la frase y al mismo tiempo despertando un sentimiento de enojo e intriga por no poder terminar la oración.
En el trascurso de la clase, no podía dejar se verla, era tan hermosa como cuando las estrellas brillan a la luz de la luna y la oscuridad de la noche, sus ojos tan redondos y tan relucientes como una perla recién salida de su ostra y su piel… y su piel tan blanca como la nieve y tan suave como la seda.
-¡Señor Bruno!. Gritó el maestro haciendo que me girará y dejara de verla para así poder ver al maestro.
-¿Le puedo ayudar en algo licenciado Sánchez?
-¿Me podría explicar todo lo que he dicho desde que inició la clase?
-Lo siento, pero no sé que era lo que estaba explicando. Contesté muy nervioso.
-¿Entonces me permitirá explicarle y en vez de seguir mirando a… hizo una pausa mirando fijamente a la mujer de tremenda belleza, la señorita Elly, me mirará a mi y tomará nota de lo que estoy diciendo?. Y si no es así, las puertas siempre permanecerán allí y están muy anchas por si alguien más no le importa la clase también se puede ir, dijo con un tono de voz más alto y dirigió su mirada aun grupo de personas de la parte trasera.
9 de octubre, 2018
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