El arte de escribir

El arte de escribir

Elifas Sator

10/02/2025

Haber ganado el Premio Nobel de Literatura, ha sido fantástico. El reconocimiento de las personas por tu trabajo de escritor es de lo mejor. He despertado esta mañana con una sensación de tranquilidad; no tienes que preocuparte de pagar los recibos del mes. El premio de ser escritor del Nobel ayuda a vivir de manera pacífica y un poco holgada por el resto de tu vida. Este es el fruto de entregarte, en tiempo completo, a escribir para el mundo. Si de joven, un viajero del tiempo, me hubiera contado que me sería otorgado el reconocimiento de la Academia Sueca, no lo hubiera creído. Aun así, este ha sido mi camino, mi vida, mi amor por ello y mi dedicación total. Me he sumergido en mundos inimaginables para descubrir sus secretos y contarlos al mundo. La fascinación de ser un buscador me ha impulsado a plasmarlo en letras, palabras y párrafos sobre hojas.

El camino del escritor no lo percibo como un trabajo, sino, una forma de expresión libre y pura de una mente más allá de lo que se pueda percibir. Disfruto escribir. Esta es la diferencia contra alguien que lo hace solo para vender. No hay mérito en el marketing per se. Se pierde el encanto de la escritura. La escritura sin amor por ella, no sirve de nada. Tu propia naturaleza batallará contra ti mismo. Cuando fluyes en su natural expresión de amor junto a ella, las circunstancias son dadas en tu pluma y cuaderno; el mundo en caos se ordena para que puedas cumplir tu sueño de ser escritor. El mundo bajo tu comando, obedece. Si tuviera que enseñar una primera lección a un escritor joven, sería no olvidar quién eres. Ser y aferrarte a ello. No importa lo que pareciera que ese mundo abstracto y absurdo pudiera decir. Nada de eso importa cuando sabes quién eres. Todo lo que eres, el mundo lo refleja en su adecuado momento. Sé escritor, ama escribir y disfruta el viaje. No importa si son pequeñas ideas. Lo sustancial es escribir. No sabes cuando llegará el momento de pescar una idea gorda. Es mejor hacer que no hacer. Esa es la diferencia. Quién duda de sí mismo, pierde su poder creativo. Sé natural y escribe lo que venga en mente. Una idea lleva a otra; una palabra forma un párrafo y un párrafo forma una idea sobre una libreta. Comienza en pequeño y piensa en grande. El mundo de las ideas, estará a tu disposición. Es la única vía para hacer algo, de lo cual, pudieras estar orgulloso y así, compartirlo con el mundo. Olvida los premios. Sé tu propio logro. Tu escritura es más importante que un premio. Porque, sin escritura, no hay arte y sin arte, no se puede compartir con el mundo tus ideas y sentimientos más profundos. Al final, lo que importa es como te sientes. De nada sirve lograr el éxito si estás desecho por dentro. Elimina esa máscara de dolor y enfrenta tu naturaleza y escribe sobre ello. Libérate del sufrimiento que te engaña para permanecer en cautiverio.

El escritor es libre y al igual que otros artistas, su arte en desarrollo, es la culminación de cada sentimiento encontrado en su interior, que ha tocado la luz de la consciencia. Entre mayor es la cantidad de páginas escritas, mayor es el descubrimiento de poderes creativos, que una vez, frágiles a la escritura, serán desenterrados. No tengas miedo. Si cada gran escritor se hubiera rendido en su primera señal de dolor, no contaríamos con los grandes libros de Victor Hugo o los poemas de Pablo Neruda, incluso las obras de Houellebecq. El indicio de una extraña oscuridad interior es el comienzo de una nueva página; una historia por contar que permanecía oculta por falta de escritura consciente.

Ser, hacer y amar. Pareciera difícil. Lo és. No hay seguridad en el proceso creativo sin perderse un centenar de veces en el camino de la vida. Aférrate a la vida y al dolor. Nunca cesará el dolor del cambio; así que, solo piérdete en días para encontrarte. Es el axioma oficial del escritor. Sin embargo, disfruta y cuida tu vida porque, sin vida, no hay escritor. De ahí la importancia de seguir con vida. Sin vida no hay escritura y sin escritura no hay Nobel. Una cosa lleva a la otra.

El café se ha enfriado; lo sigo tomando. Son las siete y cuarenta y siete de la mañana. Aun faltan tres tazas de café negro. El frío ha regresado. Febrero es un mes raro. Pareciera que sus veintiocho días se ajustan a un ritmo diferente al de los otros meses de treinta y treinta y un días. La luz del sol penetra por la ventana principal de mi departamento para iluminar la pila de libros sin leer. Las partículas de polvo se dejan observar en el aire mientras escribo. Las observo y regreso a la escritura intentando no perder el hilo creativo. Cada momento cuenta; cada observación sobre el mundo, es una forma de escritura para una hoja que busca ser llenada por un vacío interior. El propio vacío busca ser llenado por si mismo. Pareciera que este momento lo he vivido con anterioridad. Quizás es algo que estaba marcado desde antes de nacer sobre mi destino. A mi lado izquierdo, tres libros: “En presencia de Schopenhauer” de Houellebecq; “Las partículas elementales” de Houellebecq —soy gran admirador de Michel Houellebecq—; “Cuentos 1” de Edgar Allan Poe. Tres libros que me acompañan en esta parte de mi vida; de mi desarrollo como escritor creativo. Lo que siempre he sido y ahora escribo.

En resumidas cuentas: ser escritor es una forma de ser, de vivir y de actuar. Eres el mejor escritor en tu propio estilo y forma por el simple hecho de hacerlo. Es lo único que importa al escribir. Claro, sin olvidarse de leer a los grandes de la literatura. Serán tus mejores maestros. Escribe, escribe, escribe. Es la regla más importante del estado de las cosas. Cuando no exista inspiración, escribe; cuando estes derrotado, escribe; cuando no tengas tiempo de hacerlo, escribe; cuando vayas a dormir, escribe; cuando tengas que hacer el amor con tu pareja, escribe —atente a las consecuencias en este punto—; cuando te inviten a una reunión, escribe; cuando tengas y debas descansar, escribe. Solo así, cambiarás el estado absurdo de las cosas. No lo olvides: el mundo es un reflejo de tu pensamiento que se modela con la imaginación.

La lección está dada. Sigue tu camino de autodescubrimiento y escribe sobre ello. Este es el destino final del escritor. Todos aman a quién escribe por sí mismo, mostrándose como son ante el mundo. Hay muchas personas que buscan encontrar alivio a su dolor; ayuda ante este punto y escribe: siempre habrá un lector para cada escritor. No tengas miedo de intentarlo.

No te dejes llevar por las redes sociales. No sirven de nada. Solo quitan tiempo y diluyen tu pasión. Enfócate en ti mismo y sigue adelante. Un mundo de posibilidades espera a tu mente y pluma. Escribe y desarróllalas. Inventa la mejor historia que disfrutes sin importar el qué dirán. Nada importa cuando escribes bajo la premisa de ser quién eres. Ya eres ese Nobel; ya eres ese galardonado. ¿Qué esperas para escribir? Si no escribes, ¿de qué sirve pensar en algo más? Solo escribe y sé tú mismo.

Te dejo una lista de autores con sus libros que ayudarán en tu viaje:

1. “La trilogía del éxito” de Wallace D. Wattles.

2. “El camino de la escritura” de Julia Cameron.

3. “Creativo” de Roberto Martínez.

4. “Mientras escribo” de Stephen King.

5. “El acto de crear” de Rick Rubin.

6. “La ilusión documental” de Takuma Nakahira.

7. “De lo espiritual en el arte” de Wassily Kandinsky.

8. “El arte de pensar” de Arthur Schopenhauer.

9. “El presencia de Schopenhauer» de Michel Houellebecq.

Intenta seguir el orden. Los he numerado de lo básico a lo más complejo de comprender en el desarrollo del escritor.

P.D. 1. Ya eres eso que siempre has buscado.

P.D. 2. Ser, hacer.

P.D. 3. No tengas miedo al cambio; es parte esencial del creativo.

P.D. 4. Disfruta tu viaje.

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