Todo lo que sostiene a esta humanidad son lazos de apego, de inconsciencia, de miedo a algo, o a la misma muerte, a la pérdida de alguna cosa que creemos indispensable. No nos une en verdad la vida, la libertad, el verdadero y puro amor, que no es aprisionar ni repetir patrones, sino un renacer infinito de posibilidades nuevas cada vez, que nada tiene que ver con la seguridad y el cobijo.
Nunca se llega a ningún lado y nunca nadie en verdad nos esperaba, todo es producto de nuestra mente. Solo podemos compartir un pedazo de andanza intentando comprender la vida desde la mirada del otro, intentando no interferir. La humanidad está unida por necesidades falsas, tropezando en su forma de avanzar.
Vamos sosteniéndonos unos a otros en el error, heredándonos las cadenas por miedo y por culpa, porque creemos saber lo que es el bien y el mal, sentenciando a quien se quiera liberar. Los astros están llegando para cambiarlo todo, romper toda estructura. En algún momento no quedará nada de lo que fuimos, o si, a quien le importa? Nadie fue nunca imprescindible para nadie y para nada.
Por eso estoy plantado una flor y haciendo una canción, porque ninguna de las dos teme a la muerte y duran lo que las aprecia un corazón. Todo está naciendo todo el tiempo, pero no mueras sin haber tenido real consciencia de la vida en todas sus formas, es lo más valioso que existe y existirá.
Protejela, porque es la eternidad.
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