Yo tengo una compañera
que ha soportando en silencio,
algunas impertinencias,
que son parte de mi ego.
Ella me a dado su amor,
mientras yo le he puesto a prueba,
lo fiel de su corazón
para apaciguar mi pena.
Me comporte de ese modo,
desde mi forma altanera
al ver que que estábamos hecho
de una similar madera.
Creí que fuese oportuno
protejer mis emociones,
ocultando el interés
y el don de sus bendiciones.
Yo tengo una compañera
que en ocasiones me espera,
y en otras, solo reniega
por dudar mis intenciones,
y así pasamos los días
refugiados, en canciones.
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