Hay alguien a quien realmente odio y desprecio con todo mi ser
-¡Apártate es mi última advertencia Richard!
Velozmente su espada sale de la funda de su cintura
-¡Y también es mi última advertencia Henry! ¿Sabes a quién estás apuntando con tu espada?
Desenfundo mi espada interponiéndome en su camino
-¡No defiendas el libertinaje y degeneración de esa depravada!
-¡Es la hija del Duque de Rockbell y más importante, es mi hermana, más vale que retengas tu lengua con tus infamias y calumnias!
-¡Esa zorra mancillo a mi prometida! ¡Voy a rebanarle el cuello!
Su arremetida parece feroz, pero es lenta. Y su manejo de la espada es torpe, pareciera como si sostuviera una rama de un árbol y la batiera sin ton ni son, por lo que puedo fácilmente esquivarla y no me es difícil el contrarrestar sus golpes
Mi espada es por lo menos un puño más larga que la suya, aunque es más angosta esto la hace más ligera de manejar, por lo que aprovecho mi ventaja para dominarlo, además tengo una mejor técnica de esgrima
“¿Acaso piensa qué una lucha de espadas es un juego de niños? Así cualquiera lo podría matar en un duelo o en alguna pelea callejera”
Al poco tiempo se nota cansado de batir su pudo por lo que logro desarmarlo y de una zancadilla hago que caiga sobre su trasero en el césped
-No te levantes Henry. Ya te demostré que soy mucho más diestro que tú con la espada, si quisiera lastimarte lo hubiera hecho. Ahora ríndete y retira las palabras que le dirigiste a Miriam
-Puedo aceptar que me venciste, pero no acepto que lo que hace esa tipa se quede impune
A pesar de que estiro mi mano para ayudarlo a levantar, solo termina apartándola
-Una libertina es de lo más asqueroso que hay
-Henry, te pediré por última vez que retires tus palabras. Esas acusaciones que estás lanzando no tienen ningún fundamento ¿O es que acaso tienes pruebas de lo que dices?
Ante mis palabras solo retrocede apretando los dientes y los puños
-Así es ¿Qué clase de caballero acusa a una dama de un crimen sin tan siquiera tener certeza de los hechos?
Se había mantenido en silencio hasta este momento, pero después de ver que gane el duelo se muestra tan altiva como siempre
-¡Tu maldita zorra! Desde que Emily comenzó a asistir a esas reuniones que organizas, ella ha cambiado su trato conmigo
-Es posible que se haya dado cuenta de lo inútil que eres y ya se cansó de aguantarte
-¡Eres una pu…
Nuevamente intervengo entre los dos deteniendo a Henry
-Conde de Blackbourne le repito por última vez que se retire. Ya no tolerare ni permitiré ninguna nueva falta de respeto hacía mi hermana. Si tiene alguna queja de su comportamiento lo mejor es que envié una misiva donde no las comunique y así ambas familias podrán discutir este asunto
Estas palabras parecen surtir efecto, porque a pesar de que su enojo es visible, agacha su mirada y se retira en silencio mientras aún le lanza una mirada asesina a Miriam, quien solo ensancha la sonrisa en su rostro
-Gracias querido hermano, siempre puedo contar con protección
-Y tu guarda silencio Miriam. No era necesario que provocaras a Henry de esa forma.
Sus profundos ojos azules desprenden un destello de ira ante mis palabras, pero sabe que ahora ha de mostrar un mejor comportamiento por lo que termina tomando su falda y haciendo una reverencia
-Lamento mi comportamiento hermano, me deje llevar por el calor del momento
Su disculpa está tan falta de sinceridad que ni siquiera ella cree en sus palabras y lo correcto sería el reprenderla por esto, pero alrededor se está formando una multitud atenta a lo que sucede, por lo que mejor será dejar ese asunto para después
-También lamento mi tono brusco. Lo importante es que te encuentras bien
Voy a decir algo más, cuando Patrick llega corriendo
-Richard, qué bueno que todo ya termino. El profesor Lambert se dirige hacia acá
“Tenía que ser ese viejo idiota, hubiera preferido que llamaran a cualquier otro del cuerpo de profesores”
-Gracias Patrick, yo me encargare de esto. Por favor lleva a Miriam hasta sus aposentos, no quiero que se vea involucrada en esto
-Espera hermano, esto es mi culpa, debería ser yo quien hable con el profesor Lambert
“Claro que deberías ser tu quien se encargara de esto, pero ni siquiera crees tus propias palabras ¿Acaso piensas que yo lo hago?”
Aunque estas palabras son las que me gustaría decirle, no son las que debo decir
-No te preocupes, se lidiar con el profesor Lambert. Mejor ve a tu recamara a descansar y compórtate adecuadamente
Sin poner una nueva replica se retira con las damas que la acompañaban mientras Patrick las escolta a cierta distancia, y desapareciendo al igual que lo hace la multitud que se había reunido
Apenas llega el profesor Lambert, sudando y jadeando como siempre, acompañado por tres prefectos, y mirarme con su cara roja llena de desprecio es lo primero que hace después de recobrar un poco el aliento. Sin oponer resistencia me conducen hasta la sala de profesores, donde su sermón como regaño no se hace esperar
-¡Es imperdonable lo que hizo! ¿Cómo osa dirigir su espada contra el hijo del Conde de Blackbourne?- Mientras vocifera estrella su puño contra el escritorio, en un intento de intimidación, a lo cual no le presto nada de atención- Tal atrevimiento es intolerable
Mientras el regaño se sigue alargando dejo de prestarle atención a lo que sale de su boca más allá de las gotas de saliva que salen expulsada con cada uno de sus gritos para evitar que caigan en mi ropa
“¿Cómo puede hablar tanto y no cansarse? Lo único que sale de su boca son sinsentidos y saliva. Lo mismo pasa con lo tediosas que son sus clases con esos discursos interminables en los que no dice nada”
Otro golpe sobre la mesa hace que vuelva a prestarle atención
-¡Este tipo de accionar no puede pasarse por alto ¿Qué hubiera pasado si el hijo del conde era herido? No crea que esto hubiera sido un tema menor jovenzuelo
El cómo escupe estas palabras lo hace parecer más vulgar de lo que ya es
-No niego el hecho del cruce de espadas entre Henry y yo. Pero es un malentendido, era un duelo amistoso lo que sucedía, aunque admito que fue una falta de juicio el dejar que el calor del momento hiciera parecer que era otra cosa
Da otro golpe a la mesa mientras se levanta de un salto
-¿Acaso estás insinuando qué estoy mintiendo respecto a lo que vi?
“¿Lo que vio? Si llego mucho después de que todo paso, jadeando por mover ese cuerpo obeso que tiene”
-No insinuó eso. Lo que quiero decir es que es un malentendido…
Su golpe lo veo venir aun antes de que comience, pero lo mejor es no esquivarlo. Golpea con fuerza mi mejilla izquierda con el dorso de su mano haciendo vibrar todo mi rostro y siento como rompe la parte interna de mi boca. Aunque es un obeso, su golpe no está falto de fuerza y si no lo hubiera anticipado es probable que me tumbara contra el escritorio
-¡Mentiras! ¡Mentiras es lo único que puede salir de la boca de un bastardo!
Varios de los demás docentes se levantan, pero ninguno se acerca hasta donde estamos por miedo de lo que pueda hacer después el profesor Lambert
Siento como la ira va creciendo en mi interior y me toma bastante autocontrol el no estampar mi puño contra su regordete rostro
“Eres un bastardo, un sucio bastardo y siempre lo serás sin importar la cantidad de títulos que hayan de por medio, los demás nunca lo olvidarán y no perderán oportunidad para recordártelo. Así que siempre recuerda que eres un bastardo y así evitaras que utilicen eso en tu contra”
Como siempre en estos casos recuerdo las palabras de mi maestro, las cuales nunca han estado equivocadas cuando hay insultos de por medio
“Cuando sabes que lo eres, el que usen esa palabra no te afecta en lo más mínimo”
Recobro mi postura anterior, fijando mi mirada en el rostro hinchado y rojo del profesor Lambert
“Con ese aspecto luce más grotesco de lo habitual, si pudiera me burlaría de este sapo seboso que se hace llamar profesor”
Aunque un pequeño hilo de sangre brota de mi boca, no hago el más mínimo ademan de que lo fuera a limpiar, sería una muestra de debilidad frente a alguien así
-Como estaba diciendo, todo esto se debe a un error- Veo como nuevamente va a comenzar a alegar y escupir saliva, pero ahora no lo puedo dejar- Ya que desconfía de mis palabras, para asegurarnos de cuál es la verdad lo más adecuado sería que se llamara a Henry para que pueda decirnos su versión.
Veo como la furia se arremolina en sus ojos y seguramente está dispuesto a propinarme un nuevo golpe. Pero ahora no tiene el control completo de la situación, y debo aprovechar esto
-Hasta si el profesor Lambert desea, podemos llamar a alguien de parte del Conde de Blackbourne o hasta alguien de parte del Duque de Rockbell a que tome testimonio de lo que se diga.
Ante mi propuesta el rojo de su rostro se vuelve más intenso, volviéndolo más grotesco que antes, y solo puedo sonreír en mi mente por esto
“Me pueden llamar bastardo, pero aun así soy el bastardo del Duque de Rockbell, lidiar con un vizconde venido a menos no supondrá un problema. Puedo usar su nombre a mi favor. Aunque sería una estupidez el esperar que ese tipo se dignara a venir o enviar a alguien por algo como esto”
Aprieta con tanta fuerza sus dientes que pareciera que estos fueran a estallar o le fuera a estallar alguna vena del cuerpo
“Si intenta darme un nuevo golpe tendré que responder. “Está bien el dejar pasar una ofensa, pero una segunda, nunca. O te trataran peor que la mierda después” Eso es una de las cosas que me inculco mi maestro”
-Por favor profesor Lambert cálmese-
Viendo lo tensa de la situación uno de los que se encuentra en la sala por fin interviene, y quien lo hace es el profesor Carter, no solo es el profesor más nuevo del plantel, sino que además es el hijo de un barón por lo que no espero que llegue a hacer gran cosa frente al profesor Lambert
-Igualmente joven Rhode, no es necesario llegar a tales extremos.
-No debería meterse en asuntos que no le competen Carter. Es mi obligación el poner en su lugar a este embustero, que cree que con sus amenazas vacías va a poder amedrentarme
-Profesor Lambert causar una conmoción por algo como esto no sería lo más adecuado, y más teniendo en cuenta toda la situación actual.
“¿Situación actual? ¿De qué habla el profesor Carter?”
Cual sea a lo que se refiere hace que el profesor Lambert se calme y el rojo de su rostro como cerdo disminuya
-¡Esto no se quedará así! ¡Yo mismo me encargare de darle su merecido a este sinvergüenza! ¡Es más seré yo quien dirija la investigación de todo esto! ¡Por ahora largo de acá!
A pesar de todos sus gritos mantengo mi expresión lo más impávida posible mientras doy una leve reverencia antes de salir de la sala de profesores
“¡Maldito cerdo obeso y asqueroso! Como me hubiera gustado molerle el rostro a golpes ahí mismo”
Sin pensar limpió la sangre de mi boca con la manga de la camisa, y cuando veo la mancha que quedo una mezcla de rabia y vergüenza me invade por lo que rápidamente oculto el pedazo de tela en la manga de la cazadora para que nadie pueda verla
“Pero no puedo hacer lo que quiera, sino mancharía el nombre de la Casa Rockbell, y eso es lo más importante que no puedo hacer “Al final de cuentas lo que importa es que entiendas que se te permite vivir por el bien de la Casa Rockbell””
Aprovechando que no hay nadie más por el pasillo, tomo mi tiempo para serenar mi mente y concentrarme
“El obeso de Lambert no tiene importancia ahora. Seguramente Henry les dirá a los prefectos algo parecido a lo que dije”
Ya con la cabeza más fría comienzo a caminar en dirección a las aulas donde se deben estar impartiendo las clases
“Aunque no puedo asegurar que es lo que Henry llegara a decir. Lo mejor será encontrar la forma de que ambas versiones coincidan, pero no podré acercarme a él por el resto del día y seguramente los prefectos lo citen antes del final del día”
Mientras más pienso en la situación lo único que queda claro es que debo actuar rápido. Para mi fortuna Patrick se encuentra a fuera del aula, seguramente esperando a que lo ponga al corriente de la situación
-Richard, que bueno que ya volviste ¿Ya todo quedo solucionado con el profesor Lambert?
-No realmente. Patrick necesito que le hagas llegar algo a Henry, y que sea antes de que terminen las clases, y sin que los prefectos se enteren.
-Si claro, no hay problema. Lo hare llegar a través de mis amigos.
-Perfecto.
“Aunque los profesores saben que hay intercambios entre alumnos, no pueden hacer mucho para detener esto. Además, los Pricked aunque son barones, tienen contacto con varias casas y pueden hacer llegar algo por distintos medios”
Rápidamente escribo una nota en una hoja de papel que le entrego a Patrick asegurándome de que nadie pueda ver lo que hay escrito
-Que le llegue antes de que termine la tarde, o si es posible antes del almuerzo.
-De acuerdo, me encargare de ello- Es lo único que dice mientras guarda la nota en un bolsillo de su cazadora
“Qué bueno que pueda contar con Patrick para este tipo de cosas”
-Antes de que te vayas ¿Miriam?
-Ya sabes lo usual. La lengua de la señorita de Rockbell como siempre está afilada y lista para los insultos. La acompañe hasta el chalet como pediste, donde se encerró inmediatamente
-Gracias ¿Quedo sola?
-No. Las chicas que la acompañaban se quedaron con ella. Escuche que iban a hacer una fiesta del té el resto del día.
-Ya veo- “Eso no calmara los rumores que puedan surgir, pero al menos no tendré que preocuparme que surja un nuevo problema en lo que queda del día”- Gracias por decírmelo. Por cierto, toma- Le entrego una pequeña bolsa con varias monedas de plata adentro- Seguramente ayudara a agilizar la entrega que debes hacer.
-O por si alguien hace alguna pregunta de más, lo tengo.
Sin más mi conversación con Patrick termina y veo como se dirige hacía un grupo del fondo del aula con los que se pone a conversar sin más
“Confió en que Patrick le hará llegar la nota a Henry. Ya lo demás dependerá de lo que él haga”
Lo que queda del día pasa sin ninguna novedad. Creía que tendría a los prefectos detrás de mí por orden del profesor Lambert, pero parecía como si no hubiera pasado nada en la mañana. Y me alegro por esto, ya que así no tendré que preocuparme por estar calmando habladurías ajenas
Ya casi han desaparecido las luces del día cuando llego al chalet que funciona como recamaras para los miembros de la Casa Rockbell. Un pequeño edificio situado en el lado este de la Academia Grace Holly. Y aunque digo que es un pequeño edificio, solo lo es si se le compara con las casas normales de los nobles de alto rango. El edificio es una casa de dos plantas, la planta baja tiene principalmente un salón y terraza para momentos sociales, aparte de la cocina y un estudio, mientras que en la segunda planta se encuentran los dormitorios, aunque se cuenta con cuatro dormitorios solo hay dos ocupados, en lados opuestos del edificio
En la Academia hay alrededor de 6 chalets individuales del mismo estilo, los cuales usualmente están ocupados por miembros de las Casas Altas
“Aun entre nobles existe una discriminación marcada. Un noble de rango bajo muy rara vez puede hablar directamente con alguien de una Casa Alta, sino es que le hablan primero. Aunque en mi posición no es algo que me afecte, ya sea con los de las Casas Altas o los de bajo rango trato con todos ellos por igual, aunque no es como si lo hicieran desinteresadamente. Muchos lo hacen para tener contactos con la Casa Rockbell, ya cuando consigan eso que desean, lo más seguro es que la mayoría deje de buscar mi favor”
Al ingresar al chalet, me reciben dos de las sirvientas del lugar, la mayor y jefa de sirvientas Ruth y una de las jóvenes, Lydia
-¿Dónde está?- Son las palabras que uso como un saludo para ambas
Como siempre la mirada de la vieja Ruth está llena de reproche, mientras que Lydia me ve un tanto nerviosa
“Eso ya responde a mi pregunta”
-La señorita se encuentra en el salón de té, y pidió no ser molestada.
-Ya veo- Es mi respuesta ante la vieja Ruth- ¿Se encuentra alguien más, aparte de ustedes dos?
-Por orden de la señorita los demás sirvientes se retiraron apenas ella llego- La que responde ahora es Lydia
-De acuerdo.
“Así serán menos bocas que asegurarme de que se mantengan cerradas. Seguramente surgirán chismes entre los sirvientes, pero serán solo eso chismes y esos son fáciles de desestimar, ya sea usando la fuerza o métodos menos agresivos”
-Ambas pueden retirarse a descansar por hoy.
-Espere por favor. La señorita nos ordenó el que no la molestáramos, y que nos quedáramos acá por si necesitaba algo-
Ruth responde como se esperaría que hiciera la jefa de sirvientas, pero eso me tiene sin cuidado ahora
-Y yo les estoy diciendo que pueden retirarse- Ante mis palabras clava su fiera mirada en mí, lista para alegar cualquier cosa- Es una orden Ruth. Tú y Lydia vayan a descansar, ya me encargare de cualquier rabieta por parte de Miriam.
Aunque seguramente quiera seguir oponiéndose, al final Ruth al igual que Lydia hacen una pequeña reverencia
-Entonces nos retiramos por el momento. Que tenga una buena noche y descanse Amo Richard.
Con estas palabras ambas sirvientas abandonan el edificio, lo que me da algo de tranquilidad
“Pueden ser de confianza, pero es más seguro el que no haya nadie más cuando Miriam pasas las noches acompañada”
Confirmo que todas las puertas y ventanas del chalet se encuentren aseguradas y cerradas antes de dirigirme al estudio para poder ya sea estudiar lo dicho en clases o leer algún libro. El estudio es una habitación con vario estantes repletos de libros en ellos, al inicio los únicos muebles que había eran un escritorio y una silla sencilla, pero por insistencia de Miriam se terminó colocando una mesa para té y una silla de invitados, aunque no entiendo por qué siendo que ella casi nunca ha entrado al estudio, y sus pocas visitas siempre han sido breves solo echando un vistazo nada más.
Al estar contiguo a la sala de té, desde el estudio se pueden escuchar las voces y risas que vienen desde ahí, permitiéndome saber más o menos lo que pasa, algo que es fácil por todo el ruido que hacen. Para tener la mente ocupada tomo algunos de los libros de la estantería para hojearlos mientras de fondo se escucha la risa de Miriam y sus acompañantes
Cuando ya las velas han pasado casi por su mitad ya la noche está avanzada, y el alboroto en la sala de té se ha silenciado, la puerta del estudio se abre y veo como entra Miriam
-Sabía que estarías acá, querido hermano.
Veo como está apoyada perezosamente en el marco de la puerta. No está usando la cazadora de su uniforme, al lazo de su corbata está totalmente deshecho, su camisa tiene varios botones sueltos, su falda está desarreglada dejando ver más de lo usual de sus piernas, su cabello suelto y desordenado dista mucho del pulcro peinado que tenía en la mañana y más pareciera que se acaba de levantar de la cama. En su mano lleva una copa de vino, la cual está llena casi hasta la mitad, y con eso sé que seguramente ha estado bebiendo todo el tiempo
“Tendré que dar la orden de cerrar la cava y prohibirle el uso a Miriam, y que sin importar cuanto amenace no la abran sin mi autorización”
-Creo el haberte dicho que te comportaras.
-Pero si eso fue lo que hice. No salí en todo el día del chalet.
Sabiendo que no ganaré nada discutiéndole ahora, solo me queda el que me disponga a arreglar el desorden que hayan dejado Miriam y su grupo
-No importa, ahora no creo que estés dispuesta a tener una charla normal ¿Qué paso con tus acompañantes? No las escucho en la sala de té.
-Les pedí que subieran y me esperaran en mi habitación, hoy se quedaran a dormir. No veo a Ruth y a la otra sirvienta ¿Dónde están?
-Les dije que se fueran a descansar- No necesito verla a la cara para saber que la ira se apodero de su mirada- No era necesario que permanecieran acá sin hacer nada.
Sin decir una palabra recorre el camino que separa la puerta del escritorio, y llega hasta donde estoy rodeándolo, quedándose de pie justo en frente por lo que no me queda más que centrar mi atención en ella como quiere
-Seguramente entre tus invitadas se encuentra la señorita Meany ¿Ella también se quedará a en tu habitación?
-Así es, Emily se encuentra muy alterada por lo sucedido esta mañana con el energúmeno de intento de prometido que tiene, y para no preocuparme porque le pueda pasar algo le sugerí que se quedará a dormir esta noche-
Deja la copa que estaba sosteniendo sobre un libro que esta sobre el escritorio, pero de tal forma que en cualquier momento se puede caer por lo cual debo tomarla para evitar algún accidente
-No deberías provocar tanto a Henry, además él no se atrevería a hacerle algo a su prometida. Así que te pediré que no lo incomodes.
-Lo único que te importa es lo que piense ese tipejo sin importancia.
-Los Blackbourne siempre han tenido una buena relación con la Casa Rockwell, provocar incordios entre ambas familias por nimiedades no es algo que debamos hacer.
-Una nimiedad es preocuparse por lo que piense alguien tan tonto como Henry de Blackbourne o los de su tipo- Su brazo rodea el cabezal de la silla, mientras su otra mano se apoya en el reposabrazos, como si quisiera aprisionarme en la silla- Si es que llega a molestar, padre se encargara de esto.
Sus ojos se clavan intensamente en mí, mientras una de sus piernas se apoya sobre el borde de la silla haciendo parecer que se me quiere echar encima
-Blackbourne no tiene nada que hacer contra la palabra de padre.
Con un pequeño empujo hago que deje de estar encima de mí, yendo hacia atrás un poco desequilibrada quedando apoyada sobre el escritorio, y nuevamente la chispa de ira se enciende en sus ojos, con intenciones de saltarme al cuello. Para evitar que haga eso, rápidamente me levanto tomando los libros yendo hacía los estantes para dejarlos ahí, aunque esto es más para poner distancia con ella
-Si piensas que él intervendrá en una tonta discusión estudiantil, estás muy equivocada.
“A ese tipo no le ha de interesar algo más allá que no sea un beneficio para la Casa Rockbell, y una pequeña disputa con los Blackbourne seguramente es algo que lo tendrá sin cuidado”
Tengo toda mi atención en colocar los libros que no noto el como ella se pone a mi espalda hasta cuando me doy la vuelta y quedamos de frente, y antes de que pueda decir algo me empuja contra el estante agarrando con fuerza mi camisa
-¿Qué es lo qué te pasa?
El enojo se nota totalmente en mi voz mientras sujeto sus brazos
-Lo único que has hecho hoy ha sido el reprenderme.
-Bueno, si corrigieras tu comportamiento como te digo, tal vez no tendría que hacerlo.
-Estás siendo una gran molestia hoy querido hermano. O, mejor dicho- Antes de que pueda liberarme de su agarre, rasga con fuerza mi cabeza rompiéndola, y con ella también rompe el corpiño que tengo debajo- Querida hermana.
Inmediatamente la empujo con fuerza, pero no logro alejarla de mi porque también intento evitar que mis pechos queden expuestos en ese momento
-¿Estás loca? ¿Acaso tienes mierda en la cabeza?
Mi mano se levanta con furia dispuesta a abofetearla en ese instante
-Hazlo- Su desafío hace que me detenga inmediatamente- Vamos, hazlo. Abofetéame, golpéame.
La frustración inunda mi cuerpo, haciéndome hervir la sangre de rabia, pero a pesar de eso bajo mi brazo mientras aprieto el puño
“El golpearla es lo que quiere, si lo hago formara un escándalo y quien sabe si las demás vengan para ver qué pasa, y que vean esta escena no sería nada bueno. Además, no habría una forma sencilla de justificar un golpe en su rostro por mi parte”
-Lárgate.
Aun cuando le escupo esas palabras casi en la cara, se queda ahí mirándome con una mirada vacía en sus ojos, lo que aumenta mi rabia
-Ahora ya no pareces tan arrogante y segura.
-¡Que te largues dije!- La furia inunda mi voz mientras las chispas saltan de mis ojos
Una mueca como una sonrisa se dibuja en su rostro, como si el verme así fuera placentero para ella. De un momento a otro da media vuelta para salir del estudio, deteniéndose en la puerta
-Ten una buena noche, querida hermana Rebecca- Su burla es culminada cuando cierra la puerta, dejándome sola
-Maldita perra- Son las únicas palabras que logran salir de mi boca en ese momento cuando mi puño se estrella contra la pared en una acción de liberar mi frustración
Hay una persona a la que realmente odio y desprecio. Y es la persona en la que se ha terminado convirtiendo Miriam, quien era una dulce y cándida niña hasta hace un par de años, y quien era mi persona más preciada
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