Todos necesitamos a alguien:
una voz de aliento,
una mano en algún momento,
una sonrisa en medio del infierno,
un beso con sabor a chocolate,
un abrazo muy crocante,
un «te quiero» sin desespero,
y compañía sin tormento.
Todos necesitamos a alguien:
una voz de aliento,
una mano en algún momento,
una sonrisa en medio del infierno,
un beso con sabor a chocolate,
un abrazo muy crocante,
un «te quiero» sin desespero,
y compañía sin tormento.
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