No he besado bocas que no he querido,
ni bailado música que no he sentido,
siempre leal a mí.
No he dado un «te quiero»,
ni un «hasta luego»
sin quererlo así.
No he vendido mi alma al fuego;
no me he quedado donde no quiero,
siempre leal a mí.
No me he quitado la ropa,
ni vivido una noche loca
sin desearlo así.
No he hecho llamadas de medianoche,
ni corrido tras un coche,
pensando siempre en mí.
En sueños o burbujas,
a veces soy la bruja,
pero sin dejar de ser
leal a mí.
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