En un mundo sumido en la oscuridad y el terror, donde los pandas zombie vagaban por las calles en busca de su próxima víctima, una joven llamada Sarah se encontraba en su pequeño apartamento en Lima, Perú. Sarah era una joven emprendedora que había perdido su negocio de tortas en la reciente crisis económica que había azotado al país. Ahora se dedicaba a vender selfies en la calle para sobrevivir.
Mientras Sarah preparaba sus fotos para las ventas del día, escuchaba la noticia de un extraño fenómeno que estaba ocurriendo en Venezuela. Según los informes, un grupo de personas había descubierto un árbol de la vida en medio de la selva, y se decía que tenía el poder de curar cualquier enfermedad.
Sarah se sintió atraída por la noticia y comenzó a investigar más sobre el árbol. Descubrió que era un lugar sagrado para los indígenas de la región, y que se decía que era el lugar donde Adán y Eva habían sido creados por Dios.
Mientras Sarah continuaba investigando, escuchó un ruido extraño en su apartamento. Se levantó para ver qué era y se encontró con un panda zombie que había entrado en su casa. El panda zombie comenzó a ulular y Sarah se asustó.
De repente, la luz se apagó y Sarah se encontró en la penumbra. Escuchó la voz de Drácula que le decía que había venido a llevarse su alma. Sarah se sintió aterrorizada y comenzó a rezar.
Pero justo cuando Drácula estaba a punto de atacar, Sarah recordó que tenía una lista de reproducción de música clásica en Spotify . La activó y empezó a sonar música clásica. La música pareció calmar al panda zombie y a Drácula, y Sarah pudo escapar.
Sarah salió de su apartamento y se dirigió al aeropuerto. Quería ir a Venezuela para encontrar el árbol de la vida y curar su dolor de rodilla, que la había estado molestando durante meses.
Mientras volaba, Sarah se sintió nostálgica. Recordó su infancia en el campo, donde había pasado horas jugando con sus amigos. Se sintió triste al pensar en cómo había cambiado su vida.
Pero cuando llegó a Venezuela, Sarah se sintió renovada. La selva era hermosa y el aire era fresco. Comenzó a caminar hacia el árbol de la vida, y en el camino se encontró con una mujer llamada María.
María era una científica que había estado estudiando el árbol de la vida. Le explicó a Sarah que el árbol tenía propiedades curativas únicas, y que podía curar cualquier enfermedad.
Sarah se sintió emocionada y comenzó a caminar hacia el árbol con María. Pero justo cuando estaban a punto de llegar, se encontraron con un grupo de personas que estaban discutiendo sobre la propiedad del árbol.
Sarah se dio cuenta de que la discusión era una garrulería, y que no tenía sentido. Comenzó a hablar con la gente y les explicó que el árbol de la vida era un regalo de Dios, y que debía ser compartido con todos.
La gente se calmó y comenzó a escuchar a Sarah. María se sintió impresionada por su finesa y su capacidad para resolver conflictos.
Finalmente, Sarah y María llegaron al árbol de la vida. Sarah se sintió emocionada y comenzó a rezar. De repente, un efluvio de luz salió del árbol y Sarah se sintió curada.
Sarah se levantó y se sintió renovada. Se dio cuenta de que había encontrado algo mucho más valioso que un negocio o una fortuna. Había encontrado la paz y la felicidad.
Mientras Sarah y María se preparaban para regresar a la civilización, Sarah se dio cuenta de que había una cosa más que debía hacer. Sacó su teléfono y se conectó a las redes sociales.
Esperó un momento y luego escribió un mensaje a Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook. Le dijo que había encontrado el árbol de la vida y que quería compartir su experiencia con el mundo.
Mark Zuckerberg respondió de inmediato y le pidió a Sarah que compartiera su historia con la comunidad de Facebook. Sarah aceptó y pronto su historia se convirtió en una sensación en las redes sociales.
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