Cuando el amor no basta

Sueño con el día en que ya no tengas que irte, en que no tengas que despedirte y alejarte, mientras mi corazón se queda atrapado sin poder hacer nada y obligandome a decirte adiós.

Sé que me amas, lo siento en cada una de tus palabras, en el tono de tu voz cuando me llamas y en esos silencios que dicen más de lo que tratamos de ocultar. Lo sé porque incluso a través de la distancia me haces sentir tu presencia, pero aun así te vas.

No entiendo, por qué todo está aquí… Esperando por nosotros, el tiempo, el lugar, el amor. Todo está dispuesto para que podamos ser, pero no lo somos ¿Por qué no puede ser suficiente? ¿Por qué algo tan perfecto en su esencia tiene que quebrarse con la distancia? Quiero aferrarme a ti, quiero suplicarte que te quedes, pero no lo hago porque sé que algo más fuerte, algo que no entiendo, te empuja a partir.

Es cruel saber que el amor existe, que es real y que nos pertenece, pero que no es suficiente para detenerte. Me pregunto si sientes este mismo vacío al irte, si te duele tanto como a mí dejar este momento incompleto, sin promesas, sin claridad. Tal vez el amor es demasiado grande para nosotros, o tal vez somos demasiado frágiles para sostenerlo.

Y mientras te observo alejarte una vez más, me quedo aquí, atrapada en el silencio de las preguntas sin respuesta, intentando comprender por qué nos hemos convertido en este «casi», en este «tal vez» que nunca se convierte en «para siempre». Y aunque sé que volverás, también sé que el dolor de tu partida nunca dejará de latir.