Perdón por haberte dejado atrás, por alejarme de ti cuando más necesitabas de mi amor. Perdón por haberte dejado con el corazón lleno de amor y las manos vacías, sin explicación, sin consuelo.
Mi amor por ti es tan profundo que a veces duele. Es un amor que me hace desear con todas mis fuerzas tenerte a mi lado, sentir tu calor, tu risa, tu mirada. Pero, al mismo tiempo, es un amor que me empuja a la distancia, quizás por miedo, quizás por creer que así te protejo de mí, de mis dudas, de mis propios fantasmas.
Cada día que pasa siento que este sufrimiento no será eterno, que hay un futuro donde volveré a encontrarte, donde nuestras almas se reconocerán y el dolor dará paso a la paz. Porque aunque ahora estamos lejos, tú sigues en mí, en cada pensamiento, en cada suspiro, en cada rincón de mis días.
Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, más de lo que tú podrías imaginar. No hay un solo día en el que no aparezcas en mi mente, no hay un momento en el que no te extrañe con una intensidad que desgarra.
Te llevo conmigo siempre, incluso en mis oraciones, pidiendo que la vida sea compasiva con nosotros, que el amor que siento por ti sea suficiente para encontrarnos de nuevo. Porque no importa dónde esté, tú siempre serás mi hogar.
Te llevaré conmigo hasta el final de Dios.
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