Razón eterna por vivir

Y me he vuelto a enamorar como si fuera 
la primera vez, y esta vez, me he vuelto enamorar
de la vida; de lo sencillo y perfecto de los pequeños 
detalles en los que Dios me ha regalado. 

Y me he vuelto a enamorar de los atardeceres de campo,
con boleros que romantizan las flores y el verde pasto 
de mi jardín. 

Todo se ve tan sencillo pero al mismo tiempo tan perfecto. 
Salir den vez en cuando, aunque en estas noches el frío se atreve 
en congelar al más frío corazón, caminar frente a las luces 
luciérnagas del centro park; beber una copa de vino y charlar
de las tranvías de los viajes, de las amistades y quizás de los viejos
amores que hoy besan a otros amores.

Y me he vuelto a enamorar de la nueva vida que Dios me ha otorgado. 
Un vida libre de toda esclavitud que me otorgaba el pecado; y me he vuelto
a enamorar de Dios; de su amor, de su creatividad, de su paz, y de su dulzura
en amar al justo y al injusto. 

 Y quizás más adelante escribiré del amor versátil… Pero por el momento, 
quiero seguir escribiendo del amor de Dios hacia mi y hacia ti. 

¡Dios te bendiga!

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