Problemática Social y Normativas Locales de Prohibición de la Indigencia

Prohibición de la Indigencia en cualquier municipio Español, unos menos severos que otros…

En la gran mayoría de municipios y provincias de España, la indigencia está prohibida. La normativa local en Yecla sigue esta misma línea, prohibiendo la indigencia. Mi situación de indigencia, que enfrentaré a partir del 10 de septiembre de 2024, me pone en una encrucijada: o me envían a Murcia a Jesús Abandonado, sin posibilidad de recuperación, o me dejan tirado en Yecla, lo cual es lo mismo. Aunque no sea capaz de consumar el suicidio en esta situación, mis pensamientos negativos se triplican, dejándome sin poder comer ni dormir, incluso tomando la medicación nocturna.

Al no poder acceder a ningún recurso habitacional de alquiler, me quedaré en situación de indigencia el 10 de septiembre de 2024.

Desarraigo y sin Red de Apoyo Social

Carezco de una red de apoyo familiar, social o laboral. Estoy atrapado en un ciclo burocrático sin salida, donde la mayoría de las veces se me ha enviado a Murcia para recibir asistencia en Jesús Abandonado. Sin embargo, en Murcia me indican que debo regresar a Yecla, donde estoy empadronado.

Desde Yecla, se me envía a Altea-Alicante para que pida ayuda allí. Sin opciones viables de empadronarme en Altea, me encuentro en un limbo que impide recibir la ayuda que necesito y agrava mi exclusión.

Educación y Formación

Arrastro problemas con la educación básica desde la infancia. Se me pasó con todas las asignaturas suspendidas hasta el instituto, el cual abandoné por conductas conflictivas. No he podido acceder a estudios básicos debido a la falta de apoyo especial necesario, ya que tengo bloqueos y dificultad de aprendizaje a la hora de estudiar. Esto, junto con mi problemática social, de salud mental, la precariedad y no tener una vivienda estable, me deja completamente anulado en los estudios. Esta situación limita gravemente mis posibilidades de cursar estudios básicos, acceder a formación para el empleo y encontrar trabajo.

Siento angustia, sensación de inutilidad y fracaso en mi vida, y desesperación ante la falta de alternativas. Percibo una pensión no contributiva por un 68% de discapacidad, pero está en riesgo porque debo renovarla antes del 22 de febrero de 2025. No podré presentarme a la renovación debido a la falta de medios y apoyos, ya que no sé dónde estaré, quedándome en la indigencia. Paso tres años desde la renovación, viviendo con angustia intensa por los informes sociales y psiquiátricos, porque el IMAS puede quitármela en cualquier momento. Estoy convencido de que soy una persona recuperable y que, con una red de apoyo estable, podría tener trabajo y no tendría que pasar por todo esto.