Estar emocionalmente enferma es complicado, todo en tu interior está roto, tu fragilidad es extrema y nadie te entiende… Luego vas a terapia, empiezas a trabajar en ti, a intentar curar lo que quienes te debian cuidar rompieron. Suena tan romántico, tan resiliente, tan maduro…
Pero nada se arregla, creo que la única diferencia que he visto después de más de un año en terapia, es que ya no culpo a los demás, ya no me resiento porque con su forma de actuar me han abierto una vieja herida.
Sin embargo, sigue doliendo igual.
Soy extremadamente sensible y eso no cambia, una palabra y vuelvo a ser esa niña que se preguntaba porque sus padres no la querían, porque no la cuidaban, porque no se interesaban por ella. A lo mejor no soy lo suficientemente bonita, inteligente, interesante, valiosa…
y creía que con terapia dolería menos, pero todo sigue ahí, la tristeza, la ansiedad, el dolor en el pecho, las náuseas, de pronto me cuesta respirar, mi mundo se detiene porque soy incapaz de continuar.
Ahora ese dolor no tiene culpables, sé que es mi mente enferma tergiversando todo, pero ustedes creen que eso sea realmente mejor? Porque yo ahora además de sentirme herida me siento tonta, tonta por esperar de las demás personas un mínimo de empatía, tonta por esperar ser importante para personas que ya tienen a sus personas importantes. Tonta por creer que mis emociones tienen que importarle a alguien, por tener expectativas en quienes me rodean…
Tonta por terminar decepcionada, por ser esa amiga que siempre mira sus mensajes y estados y está pendiente de ofrecer ayuda y consuelo, pero no recibir lo mismo. Tonta por creer que si estoy atenta a todos si me ausento lo notaran y se preocuparan como yo lo haría. Tonta por no entender que aunque todos saben ya mi amor por los gatos, es normal que no entienden lo que me duele la perdida de uno…
Tonta porque sigo esperando cosas de los demás, por esperar lo que no puedo controlar, por sentirme sola y poco querida, tonta por no poder respirar cuando todo lo que me pasa es mental, tonta por no controlar mi propia mente y tonta por llorar mares sabiendo que luego me voy a hinchar y no voy a soportar verme al espejo.
Maldita mente enferma, maldita terapia y maldita necesidad de ser amada.
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