Palabras tragadas
¿Cómo se ordenó tu memoria en ese caos sigiloso?
¿Qué fragmentos elegiste resguardar, como si fueran reliquias sagradas?
¿Y cuáles diste forma para envolverte en un papel de víctima?
¿Es que nunca aprendiste a mirar de frente?
¿Aún sostienes la ilusión de que el incendio embellece?
Cuando en realidad, quien arde eres tú,
consumida por tu propio fulgor.
Aquello que fue como la lluvia…
un suceso inevitable, sin manos que lo contuvieran.
Dos cuerpos orbitando en un vals que no pide perdón,
desmoronándose en polvo de estrellas apagadas.
El universo observaba,
un espectador mudo, sin juicio,
presenciando nuestra caída perpetua,
sin golpe, sin final.
Y aquí estamos,
pagando el precio de esta terquedad de seguir existiendo.
A veces me lo susurran los domingos,
pero no, es en días como este:
días opacos que desnudan la paradoja,
el misterio de ese barco que dejamos de ser,
y que, sin embargo, aún nos contiene.
La paradoja del barco de teseo…
@Dcadenciarota
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