INTRODUCCIÓN
La salud mental y su impacto en la educación sigue siendo un tema que ha tomado relevancia en los últimos tiempos. Una gran parte de los estudiantes universitarios presentaron problemas de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión a causa de diversos factores como la sobrecarga de tareas, la poca interacción social y la presión por sacar buenas calificaciones. Ahora bien, diferentes universidades en el mundo han implementado programas de apoyo a los estudiantes sobre la salud mental. No obstante, se cuestiona si en realidad estos programas de apoyo son efectivos. Además de que la creciente digitalización en la educación durante y después de la pandemia plantea nuevos desafíos, ya que muchos estudiantes se sienten aislados, lo cual puede agravar sus problemas de salud mental.
Las universidades deben de implementar medidas efectivas para contrarrestar los niveles de estrés, ansiedad y depresión que presentan los estudiantes y evitar su bajo rendimiento académico. Según un estudio de la American College Health Association (2022), el 60% de los estudiantes universitarios reporta niveles de ansiedad elevados, y el 40% experimenta depresión severa, lo que refleja la creciente presión en los ambientes académicos. Esto indica que el bajo rendimiento académico de los estudiantes se asocia a los altos grados de trastornos como son la ansiedad y la depresión, que mayormente son causados por los excesos de deberes sin realizar, los malos hábitos, perfeccionismo y entre otras cosas que provocan un fuerte impacto en la salud mental, por esta razón, las universidades podrían brindarles un gran apoyo a los estudiantes mediante equipos de ayuda capacitados para cumplir en cualquier tipo de casos, sin embargo, es importante tener en cuenta las rutinas y actividades que se deberían llevar a cabo para ser un buen estudiante como la de interactuar con tus compañeros y maestros, prestar atención a las clases, organizar de forma correcta su horario de estudio y de sueño, entre otras cosas que les proporcionarán motivación para esforzarse a cumplir sus metas, por tal motivo se formula la siguiente interrogante ¿Se están implementando las medidas necesarias para afrontar el problema? ¿Están dispuestos a hacer cambios con el propósito de ofrecer un mejor plan de estudio?
Los estudiantes que cuentan con el respaldo de las universidades a través de servicios de salud mental suelen no utilizarlos, ya sea por miedo o por desconocimiento del tema. Según un informe de la National Alliance on Mental Illness (NAMI, 2023), aunque el 80% de las universidades en Estados Unidos ofrecen estos servicios, menos del 50% de los estudiantes que los necesitan realmente los aprovechan. En consecuencia, esto indica una falta de compromiso por parte de los estudiantes, quienes no acceden a los servicios brindados, ya sea por temor o desconocimiento. No obstante, aunque las universidades proporcionan adecuadamente estos servicios, por lo que resulta esencial ampliar su difusión; mediante diversos canales, como redes sociales, televisión y radio, con el fin motivar a los estudiantes a acceder a ellos y concientizarlos sobre la importancia de la salud mental, por lo tanto, surgen los siguientes cuestionamientos, ¿los programas actuales son suficientes y considerar un enfoque más preventivo y accesible, que fomente el bienestar y la integración de la salud mental?
La creación de las comunidades de apoyo son estrategias efectivas para la reducción de estrés y ansiedad, factores que son dañinos para la salud mental de los estudiantes. Según (Gonzalez, 2022) Investigaciones recientes sugieren que la creación de espacios de apoyo emocional y la formación de redes de apoyo social dentro del campus pueden ayudar a reducir el impacto negativo del estrés académico en los estudiantes. Es decir, es importante tomar conciencia sobre los altos niveles de estrés que pueden causar el entorno académico de tal manera que provocan problemas de salud mental, por lo cual es fundamental desarrollar las estrategias que acaben con estos trastornos. Sin embargo, dichas soluciones dieron bajos porcentajes de éxito, ahora bien, la falta de éxito se produce por la ausencia de interés por parte de los institutos en darles prioridad a las soluciones, por esta razón, queda claro que la responsabilidad cae totalmente en el desempeño que hagan las universidades, ahora bien ¿estarían dispuestos a ponernos como prioridad para hacer la solución factible?
La digitalización de la educación durante la pandemia del COVID-19 perjudica el rendimiento académico de los estudiantes. Los estudiantes universitarios han sido la población más vulnerable al sentir estrés y ansiedad por las clases virtuales, su salud mental se ha visto afectada al no poder aprender de manera adecuada. Se debe tomar en cuenta los factores estresantes como la presión de los exámenes, entrega de tareas, falta de apoyo de la familia y el sentir presión por los docentes que exigen demasiado, todos estos factores desencadenan estrés y ansiedad en el ámbito académico viéndose afectada su salud mental por la alteración de sus emociones y sentimientos (Cano et al., 2020). De esta manera, la pandemia del COVID- 19, tuvo un gran impacto a nivel mundial, obligando a diferentes países a implementar nuevas medidas como el aislamiento social y las clases en línea. Estas medidas afectaron gravemente a los estudiantes, no solo en su educación sino también en su salud mental, debido a que les costaba demasiado adaptarse a este gran cambio. Se considera que las medidas de seguridad impuestas por los gobiernos de diferentes países del mundo fueron adoptadas con el fin de proteger la salud de los estudiantes y continuar con su educación de manera virtual, Ante esta situación, surge la pregunta ¿La digitalización de la educación genera disconformidad en los estudiantes?
Además, incrementar el número de profesionales cualificados y promover el bienestar emocional son estrategias clave para mejorar la eficacia de los programas de asistencia psicológica de las universidades. Un estudio de la American Psychological Association (APA, 2022) sugiere no solo incrementar el número de profesionales formados, sino también poner en marcha estrategias preventivas que fomenten el bienestar mental desde el comienzo de la etapa universitaria. En consecuencia, este enfoque destaca que, para tratar la salud mental de los estudiantes, es esencial no solo aumentar la cantidad de expertos cualificados en este campo, sino también implementar tácticas preventivas. La primera sugerencia, en este contexto, incrementará las oportunidades para que los individuos encuentren más expertos y, de esta manera, resuelvan sus dudas. Por otro lado, la segunda sugerencia se implementará con el objetivo de que los estudiantes aprendan a prevenir los problemas de salud mental. Por ende, persiste la siguiente interrogante: ¿Estas modificaciones bastarán para abordar la complejidad de la crisis de salud mental en el entorno académico?
Finalmente, la implementación de las clases en su modalidad virtual se dio con el fin de continuar con el proceso formativo de los estudiantes. Según Africano y Anzola (2018) resalta la importancia del acto educativo virtual como una alternativa viable para el proceso formativo de los estudiantes. Esta información destaca el impacto potencial que la educación virtual puede tener en el aprendizaje de los estudiantes. En sus inicios, este método de aprendizaje presentó problemas a los maestros, quienes desconocían por completo el uso de la tecnología y las plataformas necesarias para impartir las clases en línea. Asimismo, generó un gran impacto en los estudiantes, quienes tuvieron que adaptarse a un nuevo modelo educativo, tras abandonar la modalidad presencial. Sin embargo, este cambio trajo grandes beneficios a futuro, no solo en el ámbito escolar sino también en lo laboral. Ahora bien, la educación virtual presenta varias ventajas, como la comodidad de conectarse desde cualquier lugar y la accesibilidad para asistir a clases mediante dispositivos móviles. Por lo tanto, se deberían de realizar encuestas a los estudiantes universitarios para conocer su opinión sobre la implementación de las clases virtuales en su proceso de aprendizaje. De esta manera, se cuestiona lo siguiente: ¿La educación virtual contribuyó al proceso de aprendizaje de los estudiantes?
En conclusión, la salud mental entre estudiantes en los últimos años ha sido afectada por causas como estrés académico, carencia de apoyo y los problemas derivados de la pandemia. De hecho, se desarrollaron estrategias de apoyo, como los proyectos de bienestar emocional y clases virtuales. Sin embargo, estos resultados no han sido exitosos debido a la desinformación, el acceso limitado y los planes mal elaborados. A pesar de que existen soluciones, estas no tendrían efecto por la falta de prioridad o compromiso de las universidades. Por esta razón, sería necesario implementar enfoques completos que incluyan accesibilidad, prevención y atención continua, con el objetivo de mejorar y proteger su salud mental, y de esta forma garantizar una mejor experiencia académica
Autores:
. Cordova Corrales Carlos Arturo
. Terrones Medina Jeremy Andre
Referencias:
American College Health Association. (2022). National College Health Assessment III: Undergraduate Student Reference Group Executive Summary Spring 2022. https://www.acha.org
National Alliance on Mental Illness. (2023). **Mental health on college campuses: Trends and recommendations**. https://www.nami.org
Cano et. Al (2020). Experiencia del aprendizaje de la Educación Superior ante los cambios a nivel mundial a causa del COVID-19. Campus Virtuales, 9(2), 51-59. http://uajournals.com/ojs/index.php/campusvirtuales/article/view/734
. González, M. (2022). Salud mental en estudiantes universitarios: Estrategias para mejorar el bienestar académico. Editorial Universitaria. Smith, J., Rodríguez, P., & Lee, A. (2023). Academic environments and mental health: A framework for change. Journal of Higher Education, 45(2), 203-217. https://www.redalyc.org/journal/3380/338062332001/html/
. American Psychological Association. (2022). **Improving mental health support in higher education**.
https://www.apa.org
. Africano, B., & Anzola, M. (2018). El acto educativo virtual. Una visión desde la confianza.Educere,521-531. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=356/35656676003
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