Reseña Critica de «El Principito» de Antoine de Saint-Exupéry

Reseña Critica de «El Principito» de Antoine de Saint-Exupéry

Propósito: Transmitir lecciones sobre el valor de la vida y el verdadero significado de ver más allá de lo superficial

En El Principito, obra escrita por Antoine de Saint-Exupéry, se pone de manifiesto cómo la visión del mundo cambia según la edad. Los niños se sienten atraídos por las características internas de las personas, como su personalidad, sus sueños o sus aficiones, mientras que los adultos tienden a enfocarse únicamente en lo material, evaluando a los demás según lo que poseen o su posición social. Esta perspectiva reduce las relaciones humanas a intereses superficiales, perdiendo de vista lo esencial, como la posibilidad de construir vínculos auténticos, lo que impide el desarrollo personal. A lo largo de la narración, se destaca el valor de la amistad, que, aunque fundamental, ha sido desvirtuado y olvidado con el tiempo. En esta reseña, exploramos cómo el autor nos invita a reconsiderar este aspecto esencial de la vida desde la óptica del niño, tan genuina y pura.

En uno de los momentos más reveladores de la obra, ofrece una profunda reflexión sobre el valor del tiempo y su impacto en nuestras vidas.

Pelaez y Osorio (2024).: «No es la rosa, es el tiempo que perdió con la rosa »(cap. 21)

Resalta que el verdadero valor no está en el objeto, sino en las experiencias y el tiempo invertido en ellas. Este mensaje puede ser interpretado en el contexto educativo como una invitación a valorar las relaciones humanas y el proceso emocional del aprendizaje que conlleva. Subraya la importancia de las relaciones y el tiempo invertido en ellas, proponiendo un modelo educativo que valore la conexión emocional y el aprendizaje significativo. Así, surge la reflexión: ¿Valoramos realmente el tiempo invertido en nuestras relaciones personales y en el aprendizaje que se genera a través de ellas?

Esta obra aborda las complejidades de las relaciones humanas. A través de la narrativa, se presentan diferentes visiones sobre la amistad, mostrando tanto sus momentos felices como los más difíciles. En este sentido, Abades (2019) señala en su análisis que:

“En los aspectos de la amistad que descubre El Principito, es posible percibir que en ella se da la paradoja en dos sentidos: en los sentimientos en tensión que aparecen al momento de la despedida de los amigos y en la gratuidad de la amistad.” (p. 1).

Esta cita destaca cómo la amistad puede tener dos aspectos opuestos pero igualmente importantes. Por un lado, la despedida entre amigos crea una tensión emocional, ya que se mezclan sentimientos de tristeza, apego y la dificultad de separarse. Por otro lado, la amistad también se presenta como algo desinteresado, donde lo más valioso es el afecto sincero y no lo que uno pueda recibir del otro. Generando la interrogante, ¿cómo nos invita El Principito a reconsiderar nuestra visión de la amistad en una sociedad donde, a menudo, las relaciones parecen estar más basadas en intereses materiales?

En El Principito se refleja la falta de interacción y el aislamiento social que caracteriza a nuestra sociedad moderna.

Osorio y Peláez (2024) “Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada; todo lo compran ya hecho. Y como en las tiendas no se venden amigos, los hombres ya no tienen amigos”, se expone una crítica a la desconexión humana provocada por el consumismo y la velocidad con la que vivimos.(p.11)

Esta idea resalta cómo la rapidez de la vida moderna y la falta de profundidad en las relaciones han disminuido en la autenticidad de los vínculos humanos, lo que contribuye al aislamiento de las personas. En un entorno donde las relaciones tienden a ser efímeras, es fundamental reflexionar sobre cómo nos relacionamos y el tiempo que invertimos en fortalecer conexiones genuinas.

A luz de esto genera la siguiente interrogante: ¿De qué manera podemos promover relaciones auténticas en una sociedad tan superficial?

En el libro, Saint-Exupéry (1943) menciona:


“Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digiere un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudieran comprender. Siempre estas personas tienen necesidad de explicaciones” (p. 2).

En contraste, los niños tienden a ver más allá de las cosas, sin limitarse en su imaginación, con una visión más abierta al mundo. Todo lo contrario, sucede con los adultos, quienes tienden a ser más racionales, prácticos y literalistas, perdiendo la capacidad de ver el mundo desde una perspectiva más profunda. Con frecuencia, no logran percibir lo esencial o lo que está detrás de las apariencias.

En este contexto, Saint-Exupéry también menciona:


“Cuando se quiere ser ingenioso, sucede que se miente un poco. No he sido muy honesto al hablar de los faroleros y corro el riesgo de dar una falsa idea de nuestro planeta a los que no lo conocen” (p. 20).

En este pasaje, el autor describe al farolero, un personaje que apaga y enciende su farol constantemente, sin descanso, como parte de su trabajo. Durante el viaje del Principito por el universo, este personaje representa la absurda rutina y el vacío de ciertos roles en la sociedad adulta. El narrador admite que, al relatar la historia del farolero, ha fantaseado en varios aspectos. En su intento de ser “ingenioso” y ofrecer una enseñanza, distorsiona la realidad, simplificándola y ofreciendo una visión más curiosa o metafórica. Esto puede llevar a quienes no conocen bien el mundo a malinterpretar los hechos.

El mensaje puede interpretarse como una crítica a los adultos, quienes a menudo presentan explicaciones simplistas de la realidad, sin considerar la complejidad de los seres humanos y sus mundos internos.

Por ello, en el libro también se menciona:


“La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para los que viajan, las estrellas son guías; para otros solo son pequeñas lucecitas. Para los sabios, las estrellas son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas se callan. Tú tendrás estrellas como nadie ha tenido” (p. 30).

Esta cita transmite un mensaje reflexivo y muestra cómo cada persona percibe los obstáculos y goces de la vida de manera diferente. Cuando menciona que las estrellas son guías, hace alusión a cómo estas pueden orientar nuestro camino. Para los sabios, las estrellas pueden parecer problemas, ya que buscan comprender el mundo a través de la razón y el conocimiento; no las ven como algo romántico o idealista, sino como símbolos de preguntas y desafíos científicos por resolver. Por otro lado, el “hombre de negocios” percibe las estrellas como algo material, viéndolas como riqueza y valor económico.

¿Cómo se puede definir el símbolo de la estrella en la vida de las personas?

En conclusión, la obra El Principito de Saint-Exupéry nos enseña a valorar cada aspecto de la vida, por más simple que parezca. Destaca la importancia de ver con el corazón y no solo con los ojos. Por ello, durante la narración se menciona: «Lo esencial es invisible a los ojos». El Principito descubre que lo realmente valioso no puede ser percibido con los sentidos, sino que debe ser comprendido desde el corazón. Este mensaje invita a los adultos a reflexionar y superar una visión superficial, que muchas veces pone lo material por encima de lo emocional.

Referencias:

Abades, L.(2019). “Aspectos estético-teológicos de la amistad en El Principito” [en línea]. Jornadas : Diálogos entre Literatura, Estética y Teología “La hospitalidad: encuentro y desafío”, VII, 7-9 mayo 2019. Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras. Facultad de Teología, Buenos Aires. https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/8362

Osorio , B., & Peláez, L. (2024). El libro el principito como herramienta de trabajo que ayude a mejorar los procesos educativos. Entre Ciencia E Ingeniería, 18(35), 9-15. https://doi.org/10.31908/19098367.2963

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