En tres meses nos volveremos a ver, dijimos al mismo tiempo, pensamos que tres meses era poco tiempo… Que equivocados estábamos.
El último día fue lleno de risas recordando todo lo que pasó este año, y también por las presentaciones que estábamos viendo, en esas horas olvidamos todo, las preocupaciones, nuestros compañeros, pero sobre todo la última despedida tanto del curso como tú despedida, sabia que era duro, el día anterior sabia que esa era la última despedida del año, sabia que si me ponía a llorar se me iba a hacer más difícil despedirte, me dije de que me guardara todas las lágrimas y que disfrutara del día.
Eso hice, pero al ver que se acercaba la hora de despedirnos te dije un último baile, bailamos, reímos y sobre todo, disfrutamos. Al poco tiempo me dije que era hora de enfrentar la realidad, que por mucho que doliera tarde o temprano iba a suceder.
Recordé las risas en el transporte, los momentos en los que nos poníamos sentimentales, las palabras de apoyo para que no nos rindiéramos tan pronto, los chistes, las anécdotas, pero sobre todo, el cariño en cada una de las palabras.
Y… llegó el momento, te dije de que estos tres meses se pasan rápido, que siempre los iba a extrañar, que siempre estaría ahí apoyándolos, pero que siempre los llevaría en el corazón.
Con una mano en el corazón les dije que en tres meses nos encontraríamos y que ese no era un adiós sino un hasta luego, cada uno tomo su propio camino, y muy en el fondo sabia que me iba a doler mucho estar sin ellos tres meses.
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