Tengo el recuerdo de dormir acurrucada a ella en las noches donde había mucha oscuridad.
Muy pocas son las veces que disfruto dormir sola, creo que se debe un poco a eso.
Con ella nunca había soledad. Con ella era feliz de muchas formas. Y el amor siempre fue incondicional. Por alguna razón, me amó como nadie. Y de ella copié esa forma de amar, tan incondicional, accidental.
¿Qué hace uno con esta falta? Con este vacío raro que te queda. Ya no era tan presente, pero podrías pensar que si vos aparecías, estaba.
Ahora no queda más que recordar cosas pequeñas y atesorar cada momentito y hundirse en nostalgia que de manera incierta pasará.
¿Pasará y será olvidado? ¿Pesará en el alma la falta de este ser tan amado? ¿Sé habrá ido sabiendo todo este cariño? ¿Le habrá llegado mi amor tan ausente?
¿Por qué soy una persona tan ausente? ¿Qué me faltó de niña? No puedo echar culpas a nadie, no puedo vivir pensando en lo que me faltó o sobró cuando lo necesité. Que gracioso el espacio que se da uno para transitar el dolor tan raro que deja la muerte.
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