Me despido de lo que fue tu voz, el manjar de las mañanas más dulces, la armonía al dormir junto a mi.
Me despido de tus ojos, los cuales me daban el poder de creer en lo nuestro, me despido de tus labios los cuales besé y besé tanto que tatue en éllos mi boca.
Me despido de tu piel, éso si que voy a llorar, porque eras como yo en nuestra intimidad, eramos el fuego del amor, la razón perfecta para el te amo que nos unió.
Me despido de tu aroma a estrellas, ésa forma de sonreír siempre fue para mí más que el universo, más jamás te diste cuenta, que si iba a morir, sólo moriría por ti…
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