El impacto me ha lanzado a un vacío helado
donde el invierno me devora en su cruel calma.
Busco desesperada un rincón abrigado,
pero el frío me envuelve perforando mi alma
A cero grados están mis venas, mi piel se quema
cada latido es un grito en el vacío helado.
Mis manos se crispan en esta cruel condena
y mi sudor se convierte en cristal congelado
Recuerdos de calor, son sólo sombras distantes,
mi mente anhela una calidez que ya no está.
El frío se cierne implacable y constante
y mi cuerpo se rinde a la tormenta que no se irá
Los copos de nieve como agujas de cristal
clavan mi piel cual punzantes espadas
las puntas malva de mis dedos buscan un calor vital
mientras la vida se me escapa en gélidas patadas
Mis pálidos y agrietados labios murmuran plegarias
en un susurro que el viento se lleva a la distancia
tiemblo y me refuerzo en un acto de agonía ardía
batallo por mi vida en vano por la maldita desesperanza
Deploro mis fuerzas desvanecer como el sol al caer
cada segundo es un tormento que no puedo esquivar
en la vista glaseada me veo perecer
la hipotermia ganó, mi corazón se solidificó, ¡basta de luchar!
Me rindo al frío mortal que me traga y envenena
deslizándome por la nada entre sombras en pena
una estrella fugaz en la noche se enajena
y mis restos se disuelven en la eternidad serena
Me entrego a los brazos de la muerte
con mucha tristeza retira mi ser quebrado
doy mi última exhalación y la nieve me envuelve
ahora floto en un perdurar imperturbado.
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