Nunca pensé que me daría miedo escribir, pero ahora es un sentimiento que me envuelve continuamente. Mis historias salen de mis recuerdos, de mis vivencias personales. Nunca pensé que recordar doliese tanto, que plasmar en palabras mis pensamientos hiciese que mi corazón se rompiera un poco más. Ya no hablo de mis problemas, no me gusta. Antes solo salían a través de un papel y ahora el lápiz ha cogido polvo. En el fondo, lo echo de menos. Echo de menos que de mis dolores saliesen historias tan bonitas, historias con las que mucha gente se sentía identificada. Me hacía sentir un poco menos sola, pero al final mi peor enemigo soy yo misma y lo acabé apartando de mi vida. La tristeza había ganado un nuevo territorio dentro de mí y ni siquiera lo había defendido. Pero, hoy he decidido desempolvar mis ideas, mis palabras, mis sentimientos y volver a escribir. Porque se que puedo volver a ganar esta guerra.

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