Mí mayor lamento

No sabes cuánto te extraño hermano mío, si bien no teníamos lasos de sangré, eso no hacia falta, solo vos me entendías y solo yo te entendí.

Aun recuerdo las circunstancias de cuando te conocí, yo había ido a bailar sólo, porque claro ¿Quien saldría conmigo a pasar un buen rato solo por gusto?… Mientras hacía la fila escucho una discusión detrás mío, para cuando volteo a ver, casi recibo un golpe de grátis, así nomas, sin mediar palabras o una razón, cuando me preparó para el combate, veo al sujeto que era el objetivo de dicho golpe que casi me llevo yo. 

No sé porqué, pero tu mirada me transmitió seguridad y calma, pero a su vez me transmitió el plan a seguir, y antes de que me de cuenta éramos vos y yo en una pelea de dos contra cinco.

Si bien perdimos la pelea, lo cierto es que las risas de satisfacción no tardaron en salir, en ese momento supe que éramos más que amigos, éramos hermanos que se acababan de conocer.

Me enseñaste a ser mejor persona, cuáles eran mis defectos, cuáles eran mis virtudes, a como evolucionar para ser mejor, me enseñaste más de lo que puedo recordar, ahora mírame aquí, llorando en las puertas de la iglesia, haciendo una fuerza descomunal para trata de agarrar el picaporte y así abrir la puerta de la misma, pero por más que trato la puerta pesa demasiado y mis lágrimas no me dejan ver.

¿Por qué no me enseñaste a cómo afrontar el hecho de que ya no estás? ¿Por qué no me enseñaste a vivir con tu ausencia? ¿Por qué sos el único hombre al que puedo decir que amó profundamente como aún hermano? ¿Por qué solo puedo culparte de mí debilidad y no afrontar tu muerte como me pediste que lo hiciera? ¿Por qué mierda me doy vuelta y escapó de tu velorio? No entiendo quien soy, ni a dónde voy, y ahora que tus cenizas comenzaron a flotar en el aire, yo no tengo lugar al que ir para despedirme como debí hacerlo.

Solo espero no haberte decepcionado y que un día me concedas  el perdón que yo jamás me doy y daré, solo espero poder verte de nuevo y no llorar.