Triada del daño

Triada del daño

Ema UB

22/09/2024

¿Por qué?

No se trata de responder la pregunta, se trata de no herir tu valor personal, porque aparentemente todo lo que yo diga no será bienvenido para tu autoestima, pero definitivamente hay una explicación detrás. 

Traición, dormir con otra mujer a cuentas de decirte que te quería y que me debía con fidelidad solo a  ti, a mi me parece que eso fue mentir, pero la traición, traición es lo que tú me has hecho. Te mentí, esa es la verdad. Si podía dormir con otras mujeres a cuentas de decirte que te quería y no he dejado de quererte, pero mi afecto hacia ti se ve disminuido cuando insistes en lanzarte sin razón a los brazos de tu eterno amor no correspondido. Yo también tengo derecho a desengañarme de mis juramentos cuando tus acciones recaen fuera de la realidad y me besas pensando en aquel que nunca volverá. Alguna vez me viste llorar después de hacer el amor contigo, creo que no, porque los hombres no lloran por las batallas pérdidas. En ocasiones es más fácil darse a puño limpio con aquel que te está robando el amor, pero si es un fantasma viviendo en la cabeza del otro, dime tú, cómo lo harías. 

Dime, tú qué harías. Mírame, mírame bien, mírame y dime la verdad. Dime que en tu corazón ya no vive tu antiguo amor, tu antigua pasión. Dime con el corazón y no con las palabras, porque yo sé que tú nunca has querido quedarte conmigo. Tú siempre has querido huir, darte por vencida, lanzarte al vacío y dejarme. Dime, dime tú cómo podrías vivir amando a alguien que vive contigo en presencia, pero que sabes que no te pertenece, que cada beso es dado al vacío. Es enfermo y yo ya estoy demasiado enfermo, ya no puedo soportar amar a alguien que nunca será mía. 

Nunca serás mía, nunca, eso me duele, me convoca a comportarme como un patán que busca resolver su amor sin resolver en las mujeres que quieren que las quiera, pero en ninguna de ella estas tú y el remedio se vuelve veneno y finalmente termino convertido en esto, en esto que tú no amarás, en esto que solo quieres odiar. 

Dime, quién traicionó a quién… ¡Dime!

Perdona, es verdad. No sé porque te pregunto, tienes razón, soy un veneno. Soy un veneno, yo no puedo seguir. No quiero seguir, estoy muy cansada, muy cansada que ya nada puede salvarme. Ya no puedo seguir así, debo retirarme de tu vida y de la vida de cualquiera que pueda sentir algún afecto por mí. Las medicinas ya no funcionan, el insomnio me muerde el cerebro, pensamientos perturbadores me abrazan y lo único en lo que puedo pensar es por qué sigo aquí. 

Perdona si te dije «amor», perdona, tengo intenciones de quererte, pero hay un monstruo dentro de mí que me está rompiendo y uno de estos días terminaré por irme y no quiero que nadie este cerca mío. 

Cuando escuché aquella conversación y vi al que decía ser mi novio amado llorando y abrazando a aquella mujer, me sentí rota. Como un pájaro herido me arrastre fuera de aquel salón, lloré, me desangré y llegué hasta aquí. Aquí donde los colibríes todavía vuelan  sobre los rosales sin ser espinados. Aquí donde las mariposas emperador danzan entre los girasoles florecidos en verano. Aquí donde la densidad del aire no aplasta la vida y la vida es el nombre de una persona que antes se llamó muerte. Llegué aquí justo junto a ti, tú que eres el dueño de esta historia. 

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