ángela, cenizas en mis manos (I)

Cenizas en mis manos / presencia para siempre que elige ser idea y verso / tu ser convertido en arena frágil que se escurre entre mis dedos / como valses como quimeras como risas como fotografías en blanco y negro latiendo en esos años viejos / te recuerdo hoy atrapada en vivencias en deseos en emociones de terciopelo / te recuerdo viviendo fuertemente / cantando en madrugadas de noches estrelladas de amores y de espinas / cenizas que refulgen en la oscuridad / te fuiste ahora sí / por ese rio salvaje eterno plagado de fantasmas / te fuiste al mar inmenso para formar parte de la tierra del sol de las voces de los niños de tu pasado / ya no hay preguntas que hacer ni deudas que pagar / cenizas que son tu mirada, tu risa, tus manos de gorrión tus secretos y tus verdades / todavía recuerdo la madrugada del año nuevo de hace tanto quemando muñecos y reventando cohetes abrazados todos con chocolate paneton y felicidad / cenizas que expresan un silencio y una posición ante la vida / habría alguna forma de juntar nuestras manos otra vez / de fijar una y otra vez nuestro mirar atento y creyente en los papeles secretos de yzab / creer una y otra vez en todo lo que nos diera la gana sin importar nada ni nadie / renacer en las viejas caracolas escondidas en sueños en pasiones en presentimientos tempranos en resentimientos tardios / cenizas / una explosión mágica de materia imposible de devolverte / gris / y hay rojos que se abrazan y amarillos que se transforman y verdes que purifican este espacio tardío que reconozco tuyo / encontré los recortes de viejos periódicos que claman por ser salvados del olvido tus escritos tus cartas tus letras tus poemas tu vida absolutamente tuya / allí están, inermes y calladas como las cenizas que legaste / te extraño tanto madre / te extraño tanto hijo / jorge catorce de septiembre del veintidós.