aquella

Nadie te habla de ellos, se mimetizan y escabullen entre las gentes deambulando entre nosotros impunemente, hasta esta tarde en que al mirarla a los ojos, la pupila se  alargó hasta casi parecer el ojo de un reptil o un ser mitológico. intenta infructuosamente disimular la trasformación , agita las manos y voltea la mirada , pero también va cambiando su piel, a un color grisáceo oscuro y brillante, se me hiela la sangre cuando la textura casi metálica, asoma por  el puño de la blusa, el aceite de romero canela y laurel que he salpicado disimuladamente comienza a surtir efecto, como la kriptonita de Superman . Ella entra en desesperación , se retuerce inquieta , las manos en los bolsillos, sobresalen de sus omoplatos unas guías espirales , y de sus pies unas viscosas extremidades bulbosas . 

Retrocede cuando ve el pequeño aspersor, y me encandila con sus refulgentes ojos azul cobalto , yo doy un respingo, cuando el calor de su frágil cuerpo se dispersa como una nube violeta que va avanzando rápidamente hacia mi .

AL hablar un sonido profundo y agudo me golpea los oídos, como el golpeteo de un plato de batería primero, como un chillido animal después. Estamos prácticamente solas en esta plazoleta , y al parecer solo yo noto los cambios en su cuerpo, se acerca amenazante y veo las púas dirigidas hacia mi. recuerdo alguna película , luego le disparo mis aceites esenciales y corre envuelta en la nube violeta sin volver la vista atrás.

El hombre de impecable delantal blanco y ordenado, peinado prolijamente, la mira unos minutos, ella visiblemente afectada, nerviosa y asustada se retuerce los dedos, abre mucho los ojos y jadea con la boca semi- abierta 

él la tranquiliza con palabras de buen vivir , pero gesticula incómodo y molesto, el joven a su lado anota en un cuadernillo, con letra apretada e ilegible 

 -¿paranoia doctor, alucinaciones, esquizofrenia? insiste mirándolo con atención .Él hombre voltea hacia él con desgano, desconcierto y rabia , se le acerca hasta casi quedar pegado a su nariz .

– ¿Qué cree Ud.? Se supone que debería poder reconocer la patología 

En tanto,  ella se ha acercado sigilosamente a la ventana , con el spray en la mano y temblando, dispara a ratos sobre el vidrio, , se asoma hasta el alfeizar, y entonces los ojos que ahora son de un negro lustroso la ciegan 

– ya vino. está aquí- dice casi susurrando

Los dos hombres enfrascados en una discusión inútil y en una encarnada guerra de egos no la oyen 

Ella trepa por la ventana y de un empujón la abre , ya dentro, se le mete en el cuerpo con tal fuerza que le sangra la nariz , un dolor agudo en el rostro y los ojos estirados que apenas puede cerrar, los tentáculos como guías, de un plomo brilloso asoman bajo sus pantalones , las manos de dedos alargados y endurecidos como garras, un sopor extraño y un olor nauseabundo expele de sus tripas tiradas en medio de la consulta, también puede ver una masa blanquecina espesa que presume es su cerebro. Los hombre boquiabiertos casi no alcanzan a percibir lo que pasa, los aborda como un rayo, los atraviesa, tiñendo de rojo el delantal inmaculado, los ojos vidriosos del joven que se instala tras el escritorio y es partido a la mitad por uno de los tentáculos que se eleva como una espada afilada , brillante y certera. Cae de rodillas cuando el ente se va y la deja bañada en sangre, con un abrecartas y un trozo de cortina metálica  en la mano , el joven aun jadea suave , el Dr. ya no respira, los ojos fijos y nubosos, atravesado el cráneo por un trozo de vidrio, perteneciente a un hermoso florero de esquina ,  qué deja ver el resto de su masa encefálica. sentada se mira las manos que son ahora las suyas , sube el pantalón y descubre que allí están sus piernas , se toca el rostro y puede sentir su contorno, resbala cuando intenta pararse ,  lo intenta de nuevo feliz de que se haya ido, alguien en la puerta toca reiteradamente .