Esclavo de los dioses (cap:3)

Esclavo de los dioses (cap:3)

MAO_MC

12/09/2024

Harlen 


E leído historias sobre un mundo diferente a este, en ese mundo el sol es tan brillante qué cubre todo.

En ese mundo los ríos fluyen con calma. Allí la vida prospera y la gente ríe juega y baila, se dice que en este mundo hay montañas cubiertas de hielo, llanuras de arena además de un inmenso mar son tantas cosas que me tomaría el día entero nombrarlas a todas.

Desearía verlo con mis propios ojos; sin embargo, eso es imposible.

Desde pequeño e dudado del comportamiento de mi familia, todos los días hay peleas, cada día se matan entre ellos, no hay ningún día en el que todo este en paz. En este lugar si quieres vivir, tienes que luchar.

A menudo miro por la ventana con la esperanza de ver un mundo el cual no esté en llamas. Pero a medida que pasan los días, esa esperanza se pierde.

Con frecuencia me gusta vagar por el castillo, en este lugar las peleas no son tan comunes. Me gusta este lugar, lastimosamente me veo obligado a salir y luchar por mi vida.

De una extraña manera me e acostumbrado a esto, pero no significa que e dejado de pensar en el otro mundo.

—Acatriel, ¿Dónde estás?.

—Parece que se está escondiendo de nuevo.

—Este chico me está volviendo loco.

—Padre ¿me permites ir por el?.

—Encuéntralo y llévalo a la sala del trono.

—No tendrás que esperar mucho.

Cierro mis ojos y la suave brisa frota mis mejillas, las cálidas aguas cubren mis pies.

Todo es tan relajante, hasta que abro mis ojos y recuerdo que me encuentro en el Inframundo. Y la cálida brisa es provocada por la montaña de cadáveres qué arde frente a mí, y las cálidas aguas en las que sumerjo mis pies es en realidad la sangre que sale de estos.

—Hermano, ¿Dónde estás?.

A lo lejos escucho la voz de mi hermano.

—Te encontré.

—Qué es lo que quieres— digo molesto.

—No te enojes, Padre me mando a buscarte. —responde caminando hacia mí.

—¿No olvidaste que día es hoy verdad?

—¿Qué es tan importante para que vengas a verme?.

El dio un pequeño suspiro y empezó a hablar.

—Hoy es el día en el que Padre selecciona a su sucesor.

— ¿Es así?, pues felicidades por el título.

—¿¡Qué! , No lo dices en cerio verdad?

—Soy totalmente honesto.

Me doy la vuelta y comienzo a caminar hacia el castillo; sin embargo, Avaddon bloquea mi camino.

—Espera, ¿te crees mejor que yo para que me regales el título?.

—¿De que estas hablando?.

—Esa actitud tuya siempre me a molestado.

—Siempre mirando hacia un lado, te la pasas con esa estúpida expresión en la cara, como si todo te aburriera.

—¿Te crees mejor que todos nosotros para que ni siquiera seamos dignos de tu atención?.

Lo empujo y sigo con mi camino.

—Lo que tu digas —digo mientras sacudo mi mano.

—¡Regresa, no e terminado!

Abro mis alas y vuelo al castillo.

Cuando me alejó del lugar una bola de fuego aparece detrás de mí, la esquivo con facilidad y me doy vuelta.

—¿Qué quieres ahora?

—No te dejaré ir tan fácil, siempre te e odiado, yo tuve que Esforzarme como un loco para conseguir el poder que tengo ahora.

—Sin embargo Tu, no hiciste nada y tienes esa cantidad de fuerza.

—solo porque eres un maldito genio, no tienes que tratarnos como si no te importa.

—Y ahora ni siquiera quieres luchar para ser el futuro “REY DEMONIO”.

—No me hagas reír, tu y yo lucharemos aquí y ahora.

Cuando termina de hablar junta sus manos y crea un círculo mágico el cual extiende una barrera que nos mantiene encerrados a ambos.

—Siempre me has evitado, pero ahora no iras a ninguna parte.

El se acerca a toda velocidad apuntándome con su espada— lo bloqueo con facilidad y lo empujo hacía atrás.

—No tenemos que hacer esto, solo acepta el título y se feliz con el.

—¡CÁLLATE! —grita lanzando toda clase de hechizos qué golpean contra mí.

—Juro por mi nombre que te mataré aquí y ahora.

Avaddon siempre a sido un chico orgulloso, cuando éramos niños constantemente luchaba conmigo o otros demonios. Le gusta alardear sobre su fuerza; sin embargo desdé qué nací e sido más fuerte qué el.

Nací con los “ojos demoniacos”, es una habilidad que me permite absorber el mana y vitalidad de cualquier forma de vida, además puedo arrancar miembros con solo verlos. Y como si fuera poco me permite ver el flujo del mana lo que me ayuda a esquivar cualquier ataque dirigido hacia mí sin importar la dirección de la que venga, aunque depende de mi velocidad de reacción.

Gracias a esta habilidad e podido evitar incontables peleas, aunque también es muy peligrosa, si no la controlará adecuadamente mataría a cualquier ser vivo qué entre a mi campo de visión. Y aunque no e despertado todo su potencial me niego a usar este poder para lastimar a otros.

—Todo por esos ojos, si tan solo tuviera tus ojos —dice mirando hacia el suelo.

Es por estos ojos que me encuentro en este estado, gracias a ellos mi padre espera que ocupe su lugar.

Nunca pedí este poder si pudiera me deshiciera de él.

—Si tan solo mueres todo mejorará para mí, El poder, el trono, todo sería mío .

—Nadie te necesita, no le importas a nadie, entonces ¿por que insistes en seguir con vida?.

—No entiendo porque me odias tanto, ¿que te hice?, me e esforzado por pasar desapercibido, nunca quise el trono en primer lugar; sin embargo, insistes en pelear por el.

—¿No puedes simplemente dejarme en paz?

A medida que hablamos Avaddon me golpea cada vez más fuerte, intento bloquear sus ataques pero el tiene más experiencia en combate qué yo. Poco a poco estoy siendo superado por mi hermano.

—¿Eso es todo lo que tienes, no se supone que puedes esquivar cualquier golpe?, esquiva esto entonces.

Un círculo mágico rodea el brazo de Avaddon, y una esfera de sangre surge sobre el. Este es uno de sus hechizos especiales. Crea miles de gotas afiladas como cuchillos las cuales destruyen por completo el área en donde son lanzadas. En otras palabras es imposible de esquivar.

—“SCUTUM”. —digo cubriéndome con mis brazos.

Concentró una gran cantidad de mana para fortalecer el escudo, no obstante su hechizo es cada vez más grande.

—“IMBER SANGUINIS”. —dice apuntando hacia mí.

Miles de gotas golpean contra mi cuerpo, intento resistir pero el escudo comienza a agrietarse. Vierto más mana en el para evitar que se rompa; sin embargo, sin darme tiempo a reaccionar el escudo estalla en mil pedazos. Lo que queda del hechizo termina impactando contra todo mi cuerpo dejándome gravemente herido.

—Me decepcionas, se supone que con tus habilidades serías el demonio más fuerte del Inframundo. Pero mírate ahora, ni siquiera pudiste bloquear ese hechizo.

El se acerca y coloca su pie en mi pecho.

—Y pensar que padre tenía confianza en ti.

Sin más opciones me veo obligado a usar esa habilidad, lo miro a los ojos y digo.

—“FURTO“

En cuestión de segundos su mana comienzan a ser absorbido, el intenta alejarse pero lo tomo del brazo y la velocidad aumenta.

No quiero lastimar a mi hermano así que no robare su vitalidad, luego de unos segundos el se desploma por falta de mana. Gracias al mana robado mi cuerpo se regenera a gran velocidad.

—No quería hacer esto pero me obligaste —me levanto y lo miro— Estarás bien cuando recuperes tu mana así que no te preocupes.

Con mi cuerpo totalmente recuperado me dispongo a irme ;sin embargo, una aura intimidante me detiene, miro a mi alrededor pero no hay nadie.

—Estoy cansado debe de ser eso.

Cuando doy un paso un círculo mágico de gran tamaño aparece bajo mis pies.

—Pero Que….

Un potente destello me impide ver por unos segundos, cuando me recuperó me doy cuenta de que estoy en la sala del trono y mi padre esta frente a mí. Sin pensarlo dos veces me inclino y lo saludo.

—¡Saludos padre! —no tengo el valor para verlo a los ojos —¿a que se debe su repentina invocación?.

El no me responde, mi padre siempre a sido intimidante como el demonio más fuerte tiene que serlo. Desde que era niño siempre le tuve miedo. Que el me regañara a diario no ayudaba a sentirme cercano a él.

—Avaddon ¡DESPIERTA DE INMEDIATO! —su voz resuena en la habitación.

Avaddon qué estaba en el suelo junto a mí se levanta de golpe.

—Lo lamento mucho, atreverme a dormir en frente de padre, me merezco un castigo por mi falta de respeto. —dice haciendo una reverencia hacia el.

Antes de que Avaddon se adapte por completo comienza a hablar.

—Como ya sabrán hoy se decidirá quien será el siguiente en el trono, normalmente tendrían que luchar hasta que uno muera para hacerse con el. Por desgracia vi su lucha de antes y decidí quien será mí sucesor, aunque dejan mucho que desear me vi obligado a elegir a uno de ustedes.

—Avaddon —dice parándose frente a él.

—Tus habilidades son unas de las mejores que e visto en miles de años ;sin embargo, te falta práctica para usarlas de la forma más efectiva y letal posible.

El camina hacia mí, cada uno de sus pasos hace que mi corazón se acelere.

—Y tu… Tienes las habilidades y la fuerza para ser el mejor demonio, no obstante te falta determinación para lograr tus objetivos. Siempre te la pasas escondido en algún lugar, nunca te e visto luchar en serio, como mi hijo deberías ser el mejor de todos.

—La decisión no fue fácil pero, confío en que será la mejor.

Odio estar en este lugar, que escoja a mi hermano rápido para así poder irme de aquí

—Acatriel, tu serás mi sucesor.

—¿qué? —digo sin saber como reaccionar.

No puedo creer lo que acabo de escuchar yo ¿el sucesor? Tiene que ser una broma, me levanto con intención de protestar sobre su decisión pero, Avaddon se adelanta.

—¡Padre! ,esto tiene que ser un error ¿verdad?, el no puede ser tu sucesor , solo míralo es un debilucho definitivamente no puede ser tu sucesor.

—Pues este debilucho te venció —dice frunciendo el ceño.

—Padre escúchame.

—¡SUFICIENTE!, acaso dudas de mi criterio.

No puedo más tengo que encontrar la manera de salir de esto, ¿Qué puedo hacer?, por más que pienso no se me ocurre ninguna solución a este problema. Debe de haber una forma.

—Acatriel a partir de hoy serás el Rey demo—antes de que termine de hablar lo interrumpo.

—Padre, no quiero hacerlo, rechazo tu oferta mi hermano es mucho más adecuado para ser tu sucesor, el tiene más experiencia luchando qué yo además la mayoría de demonios del Inframundo están bajo su mando.

Puedo ver el enojo en su rostro intento seguir hablando pero el temor no me deja decir una palabra más.

—¿Que fue lo que dijiste? —dice conteniendo su enojo.

—Dije que no lo haré.

—Padre lo vez el no está calificado para hacerlo, por otro lado yo estoy más que listo para asumir el cargo.

—Acatriel, La única razón por la que te elegí fue porque posees esa habilidad tan especial —el se acerca a mí y me toma del cuello—, ¿crees que si no fuera por eso te tendría en cuenta?, debido a tus ojos es tu deber esparcir el terror y destrucción de los demonios en el mundo entero.

Intento zafarme pero es inútil, su agarre me aprieta cada vez más.

—pre-prefiero mo-rir antes que destruir el mundo —con un gran esfuerzo logro hablar un poco.

Puedo ver que esta muy enojado nunca lo vi así , el aprieta mi cuello con todas sus fuerzas y me lanza contra la pared.

El impacto fue tan fuerte que rompió mis costillas y uno de mis brazos.

—Ya estoy harto de esto… Avaddon Mátalo, después de todo solo necesito sus ojos, encontraré la manera de usarlos después.

¿Así es como termina después de todo? , Avaddon se acerca hacia mí con una sonrisa en la cara.

—Tu te lo buscaste, ¿sabes que es lo mejor de todo?… Voy a poder matarte yo mismo.

El coloca su espada en mi cuello.

Finalmente podre ser libre.

Si hay algo de lo que me arrepiento, es no haber podido ver el otro mundo. Cierro mis ojos para esperar mi tan ansiado final, no obstante un ruido ensordecedor interrumpe mi calma. En cuanto abro mis ojos un pilar de luz desciende sobre mi a gran velocidad, el brazo de Avaddon qué estaba sosteniendo la espada fue mutilado por dicha luz, antes de poder reaccionar a lo que acabo de ver, la luz empieza a destrozarme también. Siento como si mi cuerpo se partiera en mil pedazos, se siente como si miles de agujas al rojo vivo entrarán en mi cuerpo. Todo mi cuerpo se retuerce del dolor, siento como si todos mis intestinos quisieran salir de mi cuerpo y mi piel comienza a caerse. Poco a poco mis ojos se cierran y sin poder hacer ningún sonido mi conciencia se pierde.

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