Hay gente que le gusta hacer trampas hasta en el solitario.
Cambiar una frase de «El Quijote» no te convierte en Cervantes, como tampoco cambiar un número en una ecuación que ha resuelto otro te convierte en Albert Einstein. Pero somos así de trileros, a veces no sé qué pasa por la mente de esas personas que piensan haber ganado algo, cuando el gol lo han metido en propia puerta.
Pero tú sigue consiguiendo lo que puedas, sólo con tu esfuerzo, hasta donde llegues.
No entiendo el ego desmedido si es sólo tu espejo quien te dice lo que vales, el espejo y tu señora madre.
Pero tú no rompas el espejo de nadie. Que sigan en su ignorancia.
No entiendo por qué hay gente que cambia su forma de ser en base a lo que dicen los demás, hay que respetarse y respetar a los otros, sin importar lo qué piensen las personas que tengas a tu lado, quién te intenta apartar de las personas a las que amas no merece ni un minuto de tu vida, ni un segundo tan siquiera.
Pero tú no intentes cambiar a nadie, el tiempo los pondrá en su sitio.
Creo que la parte más importante del cuerpo de algunas personas, lamentablemente, es su ombligo. Qué sería de ellos si no se pudieran pasar media vida mirando su propio ombligo.
Pero allá ellos con su ombligo y con el mundo paralelo en el que habitan.
Hoy es un día de esos donde ves que el egoísmo no te deja ver que si consigues las cosas con malas artes te deja poso, o debería, hoy es uno de esos días en los que siento orgullo porque sé que nadie me regaló nunca nada, y que lo poco o mucho que conseguí lo hice con mi esfuerzo.
Yo, por mi parte, seguiré dejando que la gente haga trampas hasta en el solitario.
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