Mi querido Freud.
JOSE E DIAZ
En la penumbra del alma dormida,
donde los sueños tejen su velo,
Freud, con tu antorcha encendida,
desvelaste el secreto del cielo.
En las sombras del ser, profundo abismo,
donde el deseo y el miedo se enlazan,
tallaste con firme y sabio cinismo
los pilares que al alma abrazan.
Tus palabras, cual bisturí certero,
hurgaron en la mente, reveladora,
desnudando el deseo primero
y la verdad, siempre liberadora.
De Viena al mundo entero volaste,
con tu legado en la ciencia y el arte,
y aunque en Londres descanses al fin,
tu obra seguirá siendo estandarte.
Freud, en tus sueños nos encontramos,
en la danza eterna del yo y el ser,
tu nombre en la historia grabamos,
como el faro que nos enseñó a ver.
OPINIONES Y COMENTARIOS