Se extravían los pensamientos
con el tintineo de la cuchara
danzando en el café.
Entre cicatrices se confunden
las fronteras de los recuerdos.
Ya no concibe la conciencia
alocados y arrolladores sueños;
la razón no sortea la ola
antes de que estalle.
Amarrados a sinsabores y añoranzas
cabalgan los ojos
en busca de un vergel que los contenga.
Mas, sólo un desierto temerario se conduele
y, en su desmesura, les ofrece el viento.
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