Sendero Hacia la Luz

Sendero Hacia la Luz

Seijaku

13/08/2024

La tarde caía lentamente mientras me dirigía al lugar habitual donde nos reuníamos. El sonido persistente de las gotas de lluvia chocando contra el pavimento no era más que un eco lejano en comparación con los oscuros pensamientos que atormentaban mi mente. Cada paso que daba era como adentrarse más en un abismo de incertidumbre y miedo. 

La oscuridad de la noche se cernía sobre mí, envolviéndome en un manto gélido que me helaba los huesos y me hacía temblar de manera incontrolable. Los árboles retorcidos a lo largo del camino parecían aguardar en silencio.

Mis pensamientos se volvían cada vez más turbios, alimentados por el miedo a lo desconocido que acechaba en cada rincón. ¿Qué era ese susurro que parecía seguirme a cada paso? ¿Eran mis propios pensamientos, o había algo más?

Cada vez que cerraba los ojos, podía sentir una presencia que no podía ver pero que podía sentir con claridad. Los escalofríos recorrían mi espalda mientras me esforzaba por ignorar las sombras que danzaban a mi alrededor, como si temieran ser descubiertas.

A medida que me acercaba al lugar de encuentro, el aire se volvía más denso. Cada vez más, me preguntaba si había sido sabio aventurarme en este camino. 

Finalmente, llegué al lugar acordado, pero en lugar de encontrar la seguridad y el consuelo que esperaba, me encontré con una oscuridad aún más profunda. Las sombras se retorcían y se contorsionaban a mi alrededor, como si estuvieran vivas, esperando el momento adecuado para engullirme por completo.

En ese momento, supe que estaba atrapado en una pesadilla de la que no podría despertar, una pesadilla alimentada por mis propios miedos y ansiedades. Con el corazón martilleando en mi pecho, me di cuenta de que no había escapatoria, no había luz al final del túnel. Solo quedaba enfrentar a las sombras, en una batalla desesperada por mantenerme cuerdo en un mundo que se desmoronaba a mi alrededor.

Las sombras continuaban envolviendome, pero en medio de la oscuridad, algo comenzó a cambiar. Un leve resplandor apareció en la distancia, tenue al principio, pero suficiente para atraer mi mirada.

A medida que la luz crecía, el aire se tornó menos opresivo, y el peso en mi pecho comenzó a aliviarse. La claridad que traía esa luz revelaba el camino y la verdad: la oscuridad no era más que una ilusión creada por mis miedos. 

Al seguir la luz, las sombras que antes parecían invencibles se disolvieron, incapaces de soportar su brillo. Los árboles retorcidos que parecían amenazantes, se enderezaron, mostrando su verdadera y hermosa forma.

El camino que antes parecía sin fin ahora se abría hacia un paisaje tranquilo. Los pasos, antes pesados, se volvieron ligeros, guiados por la certeza de que la pesadilla había quedado atrás. La tormenta había cesado, y en su lugar, un cielo claro se desplegaba, prometiendome días de paz.

Por fin, al llegar a mi verdadero destino, la oscuridad había desaparecido por completo, dejando solo la luz de un nuevo amanecer. Allí, el miedo y la incertidumbre no tenían lugar, dando paso a la paz y a la seguridad de que siempre hay un camino hacia la luz, incluso en los momentos más oscuros.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS