ARRIBA Y ABAJO


        «Si miras a un lado y hacia el otro, ya has visto el pueblo», eso decía Dolores, una de las cuatro bellas hijas de Ángel el pescadero y sobrina, además, de Luis el pescador, no, no es un trabalenguas.

        Recuerdo sus palabras y aquellos veranos que pasábamos todos en ese pequeño pueblo de Ávila, de cuyo nombre no pienso olvidarme.

       Yo era muy pequeña pero tengo imágenes grabadas en mi memoria que nunca se borrarán, por mucho tiempo que pase.

        Aquellas calles adoquinadas, al igual que su majestuoso puente romano. Recuerdo las tómbolas que se ponían en la plaza del ayuntamiento, salíamos todas las noches y mis padres compraban boletos y más boletos, yo rezando para que nos nos tocase la famosa, y a la vez horrible, muñeca «Chochona». Y recuerdo las escasas tiendas que había por aquel entonces en el pueblo en cuyas puertas colocaban todo tipo de artilugios para la pesca, flotadores de todos los colores y tamaños, pistolas de agua…..en fin, todo es tan distinto ahora. Llámalo nostalgia.

        El tiempo ha pasado para todo, ahora si miras a un lado ves coches y más coches, bullicio, visitantes a cientos y si miras hacia el otro lado……ves más de lo mismo.           

       Todo ha cambiado, la bella Dolores decía que en el pueblo sólo había una calle, mirabas calle arriba y calle abajo y ya lo habías visto todo, a día de hoy aún se conserva la casa del tío Luis el pescador del trasmallo, en el número 35 de la famosa y por aquel entonces casi única, Calle de la Fragua.

        Ya no dormiré en su atroje, ya no jugaremos y bailaremos en la calle, ya no pasearemos por la plaza en esas noches de cielos plagados de estrellas, pero seguiré teniendo estos bellos recuerdos aunque mi pueblo ahora sea algo más que una simple calle.       

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