SUEÑOS DE OLIMPIA

JOSE E DIAZ

En un rincón de su casa, Olimpia pensaba,

Su mente inquieta, con preguntas jugaba.

A sus doce años, tan curiosa y precoz,

Buscaba respuestas, siguiendo su voz.

La noche era larga, su madre ausente,

El miedo y la soledad en su corazón presente.

Filosofía y ciencia, mundos contrastantes,

En su joven mente, pensamientos flotantes.

En la escuela, teorías la hacían dudar,

La creación del mundo, difícil de explicar.

Religión y ciencia en una danza eterna,

La mente de Olimpia, en una búsqueda interna.

En la biblioteca, un refugio halló,

Con los presocráticos, su viaje empezó.

Sócrates, el sabio, le mostró un sendero,

De preguntas y respuestas, un mar verdadero.

La muerte de Sophía, su maestra querida,

Dejó en Olimpia una herida dolorida.

Reflexionó sobre la vida y su fragilidad,

Buscando consuelo en la verdad y la realidad.

En sus sueños, viajaba a mundos lejanos,

Encontrando respuestas en filósofos ancianos.

Cada pensamiento, una chispa de luz,

Cada reflexión, un sendero que cruz.

Olimpia, símbolo de curiosidad intelectual,

Nos muestra que la búsqueda es esencial.

La vida y la muerte, en un eterno baile,

Conociendo el mundo, aunque a veces duela.

«Sueños de Olimpia», un canto a la verdad,

A la admiración y al saber, en su intensidad.

Una niña que busca su lugar en el mundo,

Encontrando en la filosofía, su refugio profundo.

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