A muchos les gusta juzgar en lugar de preguntar. Prefieren sacar conclusiones y creer tener la razón antes que consultarte: «¿cual es la razón por la que concluiste así?»
Es ese desapego al lado humano y al interés genuino por el estado ajeno que les da el poder de minimizar a otros con vacíos prejuicios a fin de alimentar el análisis de su propia productividad y, así, en su mundo imaginario creado a su favor, resultan ser mejores que los demás.
Esa misma defensa del subconsciente que lleva al ataque hizo que dejara de expresarme como quisiera. Mis deseos por lo susodicho disminuyeron aún más al comprender el trasfondo de la acción.
Al final solo somos seres heridos tratando de encontrar un equilibrio con nosotros mismos, aunque nos cueste ver haber humillado hasta a un ser querido.
Cada cual tiene su método de supervivencia emocional según sus experiencias, creencias, ADN, crianza o falta de ella, balanza de la justicia, madurez y demás. Por mi parte tengo varios. A veces callo. A veces soy sincero de más. A veces hiero sin que mi consiente lo quiera. A veces me distraigo. A veces trato de entender al agresor. A veces me centro en mis virtudes y me siento superior. A veces hablo con Dios. A veces hago cualquier cosa que no sea dejarme dañar aunque a veces, a veces me toman desprevenido sin la armadura puesta y en esas veces es imposible no salir herido.
A veces duermo hasta tarde. A veces no soy discreto y hablo de temas y sentimientos que luego me arrepiento y pienso si éste es otro texto que en el futuro incierto diga «es cierto, la próxima mejor me lo guardo».
A veces digo «a veces» porque cuando dije «siempre» fue mentira, ya que no hago nada por siempre. Siempre todo se termina y si reanuda es tema aparte. Pero en esta parte solo escribo que a veces escribo mis a veces sin un fin concreto fuera del abstracto que surgió al despertarme tan tarde por la tarde que me adelanté en mi mente al reto de mi madre y a un juicio de prejuicios en vez de preguntarme y todas las cosas que ya dije. Pero en los veintes minutos que escribí esto de corrido me di cuenta de que ese reto solamente me lo di yo mismo y ella sigue en la suya ya que a diario hago lo mismo, la cansé y ya no se esfuerza por sentir la esperanza de que cambie mi mal hábito. Mas, por mi parte, me reté por ella con antelación debido a traumas y a un patrón que viví en diferentes ámbitos y creí inconscientemente que si lo sabía y entendía antes de que pase de algo me servía para sentirme grande. Pero no. Solo soy otro herido tratando de encontrar la mejor supervivencia emocional. A veces es la que acabo de vivir y demostrar sumado al arte de escapar en arte de largar la pena en letras y nada más. Porque encontré ese lugar donde nadie intenta creerse más que mí y donde nadie me va a retar ya que lo guardo para mí o para pocas personas dignas de escuchar lo que ni yo quiero escuchar de mí. A veces soy ésto y a veces, como en ésta vez, me doy cuenta de mi error y por eso ya no quiero hablar sobre nada más.
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