Fahrenheit 451: Una crítica a la sociedad moderna mediante la quema de libros

Fahrenheit 451: Una crítica a la sociedad moderna mediante la quema de libros

Novelista y cuentista estadounidense, Ray Douglas Bradbury, fue un reconocido escritor aclamado por sus libros de ciencia ficción. Ante la escasez de dinero en su familia como producto de la deficiente situación económica de la sociedad provocada por el Crack del 29, Bradbury aprendió de forma autodidacta y empezó a escribir libros desde temprana edad, sin haber estudiado alguna carrera profesional en la universidad.

En 1983, se graduó de la secundaria y publicó El Dilema de Hollerbochen, su primer libro, en una revista de aficionados. Posteriormente, en 1950, alcanzó la fama con su libro Crónicas Marcianas, sin embargo, sería en 1953 que alcanzaría un éxito más resonante con la publicación de su primera novela, Fahrenheit 451. Esta última obra tuvo tanta aceptación por parte del público que fue llevada al cine en el año 1996 por el aclamado director François Truffaut. Esta obra constituye un elemento importante de crítica a la sociedad de la época, ya que fue escrita en el contexto del desarrollo de la Guerra Fría y del macartismo. Ante el peligro que podía implicar el capitalismo y el latente consumismo en los individuos, nace la necesidad de denunciar el control político y la falta de pensamiento crítico en las personas. Todo ello es representado en Fahrenheit 451, donde el autor plantea un escenario distópico en el que existe una confrontación entre la barbarie y aquellos que intentan rescatar la cultura en la sociedad con el objetivo de generar en los lectores la capacidad de emitir un juicio valorativo y propio.

El relato de Bradbury se contextualiza en un mundo futurista en el que los libros están prohibidos y, en consecuencia, impera la ignorancia y la desinformación en las personas. La historia se centra en la vida de Guy Montag, un bombero cuya función no es la de apagar incendios, sino la de encontrar libros ocultos y quemarlos, puesto que en la sociedad en la que viven, representan un peligro inminente y atentan contra la tranquilidad de los ciudadanos. Un día, Montag conoce a su vecina, Clarisse MacClellan, una joven audaz y curiosa que le dará un giro a la vida del bombero, ya que será quien se encargue de despertar el interés por el conocimiento en él mediante los diversos cuestionamientos sobre su felicidad y la vida que su mundo lleva. Sin embargo, Clarisse desaparece repentinamente y deja a Montag muy preocupado por ello.

Posteriormente, los cuestionamientos del protagonista se agudizan a causa del suicidio de una mujer que prefirió morir quemada a vivir sin los libros. Este hecho, el cual constituía una muestra de rebeldía, despertó en Montag la curiosidad por la literatura y comenzó a leer libros en secreto para lograr entender el sentido de su vida y su propósito en la sociedad. Al enterarse su esposa Mildred, una mujer inmersa en la tecnología y en las comodidades de su entorno, no logra comprender el interés por los libros que muestra Montag y considera que la está poniendo en riesgo al tener ejemplares ocultos en su casa. Ante esta crisis, Guy decide buscar respuestas sobre la prohibición de los libros y llega con Beatty, su jefe en la estación de bomberos. Este le comenta que los libros son peligrosos ya que promueven el pensamiento individualista y ello conlleva a que se generen conflictos, por lo que se decidieron prohibirlos como una forma de garantizar la felicidad y la tranquilidad en la sociedad.

Ante ello, Montag decide pedir ayuda a un antiguo profesor llamado Faber, a quien había conocido en una oportunidad en un parque. Ambos forman una alianza y deciden idear un plan para que las personas lean libros otra vez, por lo que Faber le brinda un radio auricular a Montag para que se mantengan comunicados sin llamar la atención. Esa misma noche, en su casa, Montag recibe la visita de 2 de las amigas de su esposa y, furioso por los comentarios desatinados de ambas mujeres, decide leer en voz alta un poema, lo que provoca que las mujeres se alteren y que Mildred lo delate ante las autoridades. Como consecuencia de este incidente, los bomberos queman su casa con los libros que estaban ocultos dentro de ella y Montag, ante la desesperación del momento, quema a Beatty y al sabueso mecánico que habían ido en busca de él.

Ahora fugitivo, Guy Montag huye por el río y llega a los límites de la ciudad, en donde conoce a un grupo de intelectuales y profesores, quienes se encargan de leer y memorizar libros para luego quemarlos y así evitar ser descubiertos, logrando preservar el conocimiento para futuras generaciones. Posteriormente, se desata un bombardeo nuclear en la ciudad y, como consecuencia, todos mueren, a excepción de Montag y del grupo de intelectuales. En ese sentido, la obra finaliza cuando el bombero se une al grupo de hombres interesados en los libros y deciden forjar una nueva sociedad en donde impere la cultura y el conocimiento sobre todas las cosas.

Fahrenheit 451
es una novela que tiene la clara intención de generar en los lectores un pensamiento crítico y reflexivo sobre los principales problemas de las sociedades modernas. En este sentido, la principal problemática expuesta por Bradbury en esta novela distópica se refiere a una sociedad que está enmarcada en una forma de gobierno controversial, la tecnocracia. Ello se pone de manifiesto en la obra a través del control de la sociedad mediante el acelerado desarrollo tecnológico y la censura radical de los medios de comunicación. Estos grandes avances, en materia de modernización social, simplifican y facilitan la vida de las personas, pero al mismo tiempo las vuelve dependientes, deteriorando las relaciones interpersonales y contribuyendo paulatinamente a su deshumanización. El uso de pantallas que ocupan las paredes enteras de las casas y que pueden proyectar imágenes constituye un claro ejemplo de cómo el contacto social es reemplazado por una interacción virtual y evidencia la intromisión que implica la tecnología en la vida de las personas, a tal punto de ser invasiva, pero, en este contexto, indispensable:

“Si tuviésemos la cuarta pared… ¡Oh! Sería como si esta sala ya no fuera nuestra en absoluto, sino que perteneciera a toda clase de gente exótica. Podríamos pasarnos de algunas cosas.” (Bradbury, S.F., p. 20)

Asimismo, se podría decir que la novela constituye una forma de “respuesta” a la situación real en la que se publicó y que estaba dada por el totalitarismo existente durante la Guerra Fría. En Fahrenheit 451, este contexto se hace presente en la prohibición de los libros y en el control de los medios de comunicación, lo que permite la manipulación total de la información y el uso de la tecnología para censurar cualquier tipo de idea considerada subversiva, creando de este modo una sociedad homogénea, desinformada y carente de libertad de expresión. Lo anteriormente mencionado se puede apreciar en uno de los fragmentos del diálogo que sostienen Beatty y Montag:

Los libros, según dijeron los críticos esnobs, eran como agua sucia. No es extraño que los libros dejaran de venderse, decían los críticos. Pero el público, que sabía lo que quería, permitió la supervivencia de los libros de historietas. Y de las revistas eróticas tridimensionales, claro está. Ahí tienes, Montag. No era una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la presión de las minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias. (Bradbury, S.F., p. 52)

En este contexto, el acceso a la información es limitado y el pensamiento crítico es reprimido como medida para conseguir una sociedad “armónica” al tener la falsa creencia de que, así, se podrá lograr la felicidad plena. Sin embargo, el deficiente desarrollo de la capacidad de pensar por uno mismo se vuelve nefasto y lleva a las personas a incurrir en la credulidad y en la desinformación, convirtiéndolas, de este modo, en agentes manipulables que forman parte de un orden social totalitarista. Sobre la base de ello, López y Guillermo (2008) señalan:

Asimismo, el relato de aquellos que tienen el “deber” de aniquilar libros deja en claro que no son sólo seres ignorantes y resentidos que descargan su frustración contra frágiles objetos de papel, sino que suelen obedecer a un designio preestablecido y programático: preservar un statuo quo o aniquilar un orden social establecido para instaurar otro. (P. 85)

En este sentido, a través de personajes como Guy Montag, Bradbury nos exhorta a cuestionar la realidad para discernir entre lo que es correcto y lo que no lo es. De esta forma, la literatura en Fahrenheit 451 se transforma en un instrumento de crítica a las sociedades totalitarias y evidencia la clara intención del autor de invitarnos a reflexionar acerca de que el control social presente en este mundo distópico va más allá de solo la incineración de libros.

Aclamada por el público, Fahrenheit 451 es y seguirá siendo una de las obras maestras del escritor Ray Bradbury y un gran referente de la literatura de ficción a nivel mundial. La idea de plantear un escenario futurista dominado por la tecnología, una sociedad que vive bajo un régimen totalitarista y la decadencia del pensamiento crítico son puntos que vuelven a la novela controversial, pero que al mismo tiempo le otorgan un valor reflexivo y despiertan el interés hacia esta. El autor plantea lo que sucedería en una vida sin literatura, en donde las facultades que nos hacen humanos se ven deterioradas y poco a poco desaparecen, convirtiéndonos en máquinas al servicio de un régimen autoritario. De este modo, la obra nos exhorta a revalorizar la importancia del conocimiento y de la libertad de opinión en una sociedad gobernada por la tecnología y el control de medios, advirtiéndonos sobre los peligros del conformismo y la ignorancia. Todo ello nos hace plantearnos la siguiente pregunta: La sociedad ficticia planteada por el autor ¿está tan lejos de nuestra realidad actual? En efecto, la obra de Bradbury describe a la perfección lo que, inexorablemente, podría pasar en el mundo en el que vivimos y en una sociedad cada vez más modernizada. Contextualizada en una sociedad distópica, Fahrenheit 451 no sólo plantea una crítica a la sociedad moderna, sino que también constituye una mirada al futuro.

Referencias:

Alfaro, H (2008) Reseña de “Libros en llamas: historia de la interminable destrucción de bibliotecas” de Lucien X. Polastron. Biblioteca Universitaria, 11(1), 85-87. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28512651012

Bradbury, R (S.F.). Fahrenheit 451. Editorial Plaza y Janes. https://campus.ort.edu.ar/secundaria/almagro/lengua/descargar/repositorioarchivo/1863802/15.-Ray-Bradbury-Fahrenheit-451.pdf

Autores: Espinoza Tello Piero Jared, Estela Meza Fardi Jair, Navarro Bustos Sergio Valentino, Portocarrero Hurtado María Rocío.

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