
Solo vine a hablar por teléfono’ es uno de los destacados relatos de la colección ‘Doce cuentos peregrinos’ (1992) del aclamado autor colombiano Gabriel García Márquez. A través de esta obra, García Márquez examina las complejidades de la comunicación humana. La historia se desarrolla en un sanatorio mental, donde una serie de eventos desafortunados lleva a la protagonista, María, a enfrentarse con la incomunicación, la desesperación y los absurdos de la burocracia. Este cuento ofrece una profunda reflexión sobre las dificultades que surgen cuando las palabras no logran transmitir verdaderamente nuestras intenciones y emociones.
La historia sigue a María de la Luz Cervantes, una mujer mexicana que queda varada en el desierto de Monegros tras un problema con su automóvil entra a un sanatorio mental en busca de un teléfono. A partir de ese momento, María se ve atrapada en un entorno confuso y desconcertante. A pesar de sus intentos desesperados por explicar su situación y demostrar que no es una paciente, nadie parece escucharla o entenderla correctamente. En lugar de ayudarla a salir, el personal del sanatorio insiste en tratarla como si estuviera allí por razones médicas.

En su colección de cuentos “Doce cuentos peregrinos”, Gabriel García Márquez presenta una variedad de situaciones en las que los personajes enfrentan desafíos inesperados y perturbadores. En cada uno de sus relatos, García Márquez explora la falta de comunicación como un tema central, situando a sus protagonistas en escenarios donde las barreras de entendimiento y empatía los llevan al límite de su cordura y resistencia. Un claro ejemplo de esto se encuentra en el cuento “Solo vine a hablar por teléfono”, donde se menciona lo siguiente:
—Es que yo sólo vine a hablar por teléfono – dijo María
—De acuerdo, maja – le dijo la superiora, llevándola hacia su cama con una dulzura demasiado ostensible para ser real -, si te portas bien podrás hablar por teléfono con quién quieras. Pero ahora no, mañana. Algo sucedió entonces en la mente de María que le hizo entender por qué las mujeres del autobús se movían como en el fondo de un acuario. María la miró de través paralizada por el terror.- Por el amor de Dios – dijo -. Le juro por mi madre muerta que solo vine a hablar por teléfono. (García, 1992, p.3).
En este fragmento se muestra una clara falta de conexión emocional y empatía entre María y su superiora. A pesar de los esfuerzos de María por comunicar su necesidad de hablar por teléfono, la respuesta de la superiora carece de reconocimiento y validación de sus emociones y preocupaciones. En lugar de mostrar genuina empatía, la superiora responde con una actitud superficialmente dulce, lo que deja a María paralizada por el terror y desesperada por ser comprendida. La interacción entre María y la superiora revela la dinámica de poder en el hospital psiquiátrico, donde la dulzura aparente de la superiora contrasta con la profunda angustia de María. La promesa de permitirle hablar por teléfono al día siguiente resalta la falta de control y la impotencia que siente María frente a las circunstancias. Su reacción de terror y desesperación nos sugiere una profunda vulnerabilidad y conflictos no resueltos en su vida. Esta desconexión emocional evidencia una brecha en la comunicación que trasciende las palabras, y nos incita a preguntarnos ¿Qué hubiera pasado si ambas partes hubieran comprendido claramente las intenciones y preocupaciones de la otra?

Otro ejemplo de la temática de comunicación truncada se encuentra en la interacción entre Saturno y María:
Después de intentar muchas veces ver de nuevo a María, Saturno hizo lo imposible para que recibiera una carta, pero fue inútil. Cuatro veces la devolvió cerrada y sin comentarios. Saturno desistió, pero siguió dejando en la Portería del hospital las raciones de cigarrillos, sin saber siquiera si llegaban a María, hasta que lo venció la realidad. (García, 1992, p. 11).
A pesar de los numerosos intentos fallidos por encontrarse con María nuevamente, Saturno se esforzó al máximo por hacerle llegar una carta. Sin embargo, sus esfuerzos resultaron en vano cuando esta fue devuelta cerrada y sin comentarios en cuatro ocasiones. A pesar de su desánimo inicial, Saturno persistió en dejar raciones de cigarrillos en la portería del hospital, aunque desconocía si realmente llegaban a manos de María. La persistencia de Saturno en intentar comunicarse con María, a pesar del rechazo continuo de esta última, se hace evidente en el fragmento. ¿Saturno y María hubieran arreglado su situación si tan solo ella hubiera respondido las cartas? La notable dedicación de Saturno al intentar enviarle una carta, aunque esta sea devuelta varias veces sin abrir, refleja la profundidad de sus sentimientos hacia ella y su deseo ferviente de mantener algún tipo de conexión. Aunque Saturno muestra una voluntad inquebrantable, su resignación final, simbolizada por su desistimiento y la entrega de las raciones de cigarrillos sin certeza de si llegarán a su destinatario, sugiere una aceptación de la realidad y el reconocimiento de los límites de su influencia sobre la situación.

Además, el siguiente pasaje también pone de manifiesto la falta de comunicación entre María y su esposo, Saturno, evidenciando así la dificultad para establecer un diálogo efectivo y comprender las necesidades y preocupaciones del otro:
“Estaban todas, menos María, que no solo se negó a recibir a su marido, sino inclusive a verlo desde los balcones. Saturno se sintió herido de muerte” (García, 1992, p.11).
Si bien en el fragmento anterior vemos que Saturno todavía quiere mantener algún tipo de conexión con María, en este fragmento ya podemos observar una falta de esta conexión completamente entre ellos dos, reflejándose en la negativa de María a recibirlo o incluso verlo desde los balcones. Esta dificultad para comunicarse impide que aborden y resuelvan sus problemas como pareja, lo que hace que Saturno se sienta profundamente herido y distanciado emocionalmente, evidenciando una brecha significativa en su relación. El hecho de que María no quiera recibir a Saturno nos sugiere una profunda desconexión emocional o resentimiento entre ellos, mientras que la reacción de Saturno resalta el impacto emocional devastador de la situación para él. Lo que nos hace cuestionarnos, ¿Cómo podría haberse promovido un ambiente en el que ambas partes se sintieran cómodas y seguras para expresar sus preocupaciones y emociones, fomentando así una comunicación más abierta y constructiva?

Por último, en un episodio de la historia, se presenta una escena que, como las anteriores, nos muestra la falta de comunicación y comprensión entre los personajes:
—Ahora todo eso pasó — dijo él, acariciándole con la yema de los dedos las cicatrices recientes de la cara—. Yo seguiré viniendo todos los sábados. Y más, si el director me lo permite. Ya verás que todo va a salir muy bien.
—Ella fijó en los ojos de él sus ojos aterrados. Saturno intentó sus artes de salón. Le contó, en el tono pueril de las grandes mentiras, una versión dulcificada de los pronósticos del médico. «En síntesis», concluyó, «aún te faltan algunos días para estar recuperada por completo». María entendió la verdad.
—¡Por Dios, conejo! — dijo, atónita—. ¡No me digas que tú también crees que estoy loca! (García, 1992, p.10).
El fragmento nos presenta una situación en la que Saturno intenta reconfortar a María después de un evento traumático, asegurándole que él seguirá estando presente y que las cosas mejorarán. Sin embargo, María logra percibir la falsedad detrás de sus palabras y se sorprende al considerar que él también podría verla como “loca”. Esto podría sugerirnos una falta de comunicación efectiva entre ellos, donde las palabras de Saturno no logran transmitir el apoyo que intenta ofrecer, lo que lleva a María a sentirse incomprendida y desconfiada. Esto nos incita a plantearnos, ¿cómo podría haberse mejorado la comunicación entre Saturno y María para evitar malentendidos y fortalecer su conexión emocional? El hecho de que Saturno no sólo no está creyendo a María, sino que también parece estar perpetuando la idea de que ella está “loca” al sugerir que necesitará más tiempo en el hospital psiquiátrico, no ayuda a la situación de su relación, si no que demuestra una falta de empatía y comprensión por parte de él hacia la experiencia y los sentimientos de ella. La reacción de María es completamente justificada, reflejando su angustia y frustración al sentirse incomprendida y juzgada por alguien en quien debería confiar.
El libro es un claro ejemplo notable de cómo la falta de comunicación puede ser un tema central y poderosamente explorado en la literatura. A través de una serie de relatos, García Márquez presenta situaciones donde los personajes enfrentan desafíos derivados de malentendidos, desconexiones emocionales y barreras comunicativas. Por ejemplo, hay una parte donde María, la protagonista de la historia, solo quiere usar el teléfono, pero su superiora no la escucha ni trata de entenderla. Esto muestra lo difícil que puede ser comunicarse cuando no hay empatía ni comprensión. El autor logra provocar una reflexión profunda sobre cómo estas fallas en la comunicación impactan las relaciones y el bienestar emocional de los individuos. Aunque algunas personas podrían señalar que la profundidad emocional a veces dificulta la comprensión completa de la obra, en general, el libro cumple eficazmente con su objetivo de explorar los efectos devastadores de la falta de comunicación, utilizando narrativas que resuenan tanto intelectual como emocionalmente.
En conclusión, Gabriel García Márquez explora la fragilidad de la comunicación humana y la falta de empatía que a menudo lleva a la desesperación y la angustia en este libro. A través de la historia de María, atrapada injustamente en un hospital psiquiátrico, y la incomprensión y superficialidad de aquellos a su alrededor, García Márquez revela cómo la desconexión emocional puede deshumanizar y destruir relaciones. Los intentos fallidos de Saturno por reconectarse con María y la falta de autenticidad en su consuelo subrayan la profundidad de esta desconexión. Esta obra maestra, recomendada para aquellos interesados en temas psicológicos y sociales, deja una impresión duradera y provoca una reflexión sobre la importancia de la empatía y la verdadera comunicación.
AUTORES:
María Fernanda Rojas De Los Santos.
Kiara Shantal Parra Ore.
Julio Andrés Fredy Guzman Loayza.
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